A unos 2.000 kilómetros de distancia, en el Sáhara occidental, en el área de Tinduf, se encuentra un grupo de 60 alicantinos que, pese a las advertencias a este punto por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores, que la semana pasada indicó que existían Ministerio de Asuntos Exterioresaltas probabilidades de que se cometa en la zona un atentado terrorista, decidieron no sucumbir ante el miedo y sí seguir escuchando a su deseo de solidaridad y cooperación con el pueblo saharaui.

Y, de momento, tras tres días en sus casas o campamentos de acogida, la normalidad es la tónica dominante, según aseguraba ayer la ilicitana de adopción Ángela Carrillo, presidenta de la Asociación de Ayuda al Sáhara Occidental y uno de los motores del programa «Vacaciones en paz, que desde hace muchos años permite que niños saharauis disfruten unos días en la provincia en verano.

«Todo normal. Nuestro mensaje es de total normalidad. Lo notamos exactamente todo como siempre, no hay ningún cambio con respecto a años anteriores», aseguraba ayer por la tarde Ángela, dando a entender así que, pese al aviso por posible atentado yihadista, sobre el terreno no se percibe ningún temor o preocupación en ese sentido.

Ángela es una de las cerca de 60 personas, incluidos 8 menores, que el viernes, desde el aeropuerto de Alicante-Elche, volaron hasta Orán y, de ahí, a los campamentos de refugiadoscampamentos de refugiados. No están en uno solo, sino que cada día se van moviendo por los distintos campamentos.

Hasta aquí han traído más de 2.000 kilos de material de todo tipo: sanitario, ropa, alimentación... y es que el objetivo de este viaje, que se ha visto alterado por la alerta terrorista, es de carácter humanitario y de visibilización del problema de los refugiados saharauis.

Para los alicantinos desplazados, el foco no debería estar en ellos, sino más bien que el Gobierno español se preocupara de verdad por el pueblo saharaui. Ángela expresa que hay toque de queda a las 19 horas, tienen que estar en sus moradas a esa hora; y que en los desplazamientos van acompañados de policías, pero que todo esto es igual desde hace años. Es decir, no se ha reforzado la vigilancia pese a la alerta por atentado. Y así, aseguran, van a seguir, sin miedo, hasta que regresen a Alicante a finales de esta semana.