En España uno de cada tres menores ha accedido a juegos de apuestas. Entre el 4%-5,6% de los adolescentes cumplen criterios de juego de riesgo y en torno al 1% de juego problemático. Esto, entre otras consecuencias, además de problemas económicos y legales, puede desembocar en interferencia en responsabilidades académicas, disfunción familiar, pobre comunicación con padres y hermanos, pérdida de relaciones significativas y, en determinados casos, comorbilidad: consumo de sustancias, ansiedad, depresión, psicopatologías...
Ante este panorama, dos investigadores de la Universidad Miguel Hernández, Daniel Lloret y Víctor Cabrera, y sobre todo a raíz de su reciente estudio que evalúa la eficacia de un programa de prevención en el ámbito educativo, en el que han intervenido 330 alumnos, de entre 15 y 17 años, estudiantes todos ellos de institutos de la provincia, consideran que urge la puesta en marcha de políticas dirigidas a proteger a los menores.
En concreto, proponen reducir la exposición y la disponibilidad, así como eliminar la publicidad directa o indirectamente dirigida a ellos; y en el ámbito escolar, la implementación de programas de prevención.
Por lo general este tipo de programas de prevención incluyen componentes dirigidos a aumentar la percepción del riesgo y la actitud negativa hacia el juego; identificar los cambios de la conducta en el proceso de adicción; comprender las leyes básicas de la probabilidad aplicadas al juego y evidenciar la dificultad de obtener beneficios. También fomentan una mirada crítica hacia los mensajes persuasivos de la industria del juego, identifican mitos y creencias erróneas, y promueven habilidades sociales como la resistencia a la presión social o la resolución de problemas aplicadas al juego de apuestas.
«La creciente prevalencia de juego de apuestas entre adolescentes ha alcanzado una magnitud preocupante. En España, a pesar de la gran demanda de intervenciones preventivas, la puesta en marcha de programas escolares para la prevención del abuso del juego de apuestas es reciente, y todavía no se dispone de evidencia sobre su eficacia», indican ambos psicólogos, los cuales acaban de publicar en la revista «Psicología Clínica con Niños y Adolescentes» su estudio, que viene a confirmar que si se forma e informa adecuadamente al adolescente, éste va a tener menores probabilidades de empezar a caer en la ludopatía.
Eficacia
El objetivo del mismo era evaluar la eficacia de un programa de prevención denominado ¿Qué te juegas? (QTJ?). «En la primera sesión se aborda la percepción del riesgo y autoeficacia para no apostar, que moderan la intención de apostar. Los resultados indican un efecto pequeño, aunque significativo. La siguiente sesión tiene como objetivo facilitar nociones básicas sobre probabilidad aplicada a los juegos de apuestas, para promover la toma de decisiones basadas en el razonamiento y no en sesgos cognitivos. En ella se muestra la dificultad de ganancia y se modifican las expectativas de éxito. Los resultados indican que el efecto es moderado. La tercera sesión está dedicada a reducir la aceptación acrítica de la publicidad de apuestas. En conclusión, los resultados muestran que el programa es moderadamente eficaz», señalan los investigadores.
Así las cosas, este programa ha mostrado su eficacia en revertir las actitudes a favor del juego y reforzar la autoeficacia para rechazar el juego. Según los autores de este trabajo, recientemente publicado, «la teoría predice que los cambios en ambas variables se traducen en una menor intención de apostar y, en última instancia, en una menor frecuencia e intensidad de juego. Sin embargo, tal y como advierten Keen, Blaszczynski y Anjoul, cambios en el conocimiento, creencias y actitudes no siempre tienen como consecuencia cambios en la conducta».
Exponencial aumento
Como recalcan Irles y Cabrera, la enorme competencia entre los operadores de juego se traduce en un exponencial aumento de la accesibilidad del juego y de la presencia en los medios de comunicación y la vía pública. Las principales estrategias de marketing incluyen asociar las marcas con figuras del deporte de primera fila, comprar espacios publicitarios en medios de comunicación o en las vallas de los estadios, provocar el debate en las redes sociales, ofrecer bonos de bienvenida que subvencionan las primeras apuestas, patrocinar equipos y crear contenidos que aumenten el tráfico de sus webs.
En España la industria del juego de apuestas facturó 39.000 millones de euros en el año 2017. Durante los últimos cinco años, el juego de apuestas online ha crecido a un ritmo del 10% anual y, en consonancia, atraídos por el suculento mercado del juego, la concesión de licencias para operadores de apuestas ha aumentado un 50% en los últimos cinco años, según se recoge en este estudio. «Ante la creciente prevalencia de juego de apuestas entre los menores, se requieren intervenciones eficaces», reivindican los expertos de la UMH.
