Admiten que se han llevado el patrimonio. Y no poco. Un Cristo de marfil, varias esculturas del niño Jesús (entre ellas una de Roque López) y cuadros de primer orden como los retratos del rey Felipe V y de la reina María Luisa de Saboya, así como lienzos de temática religiosa. Así, hasta 80 piezas. Es lo que se supone que han sacado del Convento de la Encarnación de Mula las monjas Clarisas, que se mudaron a Elche, por la falta de vocaciones en el pueblo.

La Consejería de Cultura les preguntó a las religiosas qué estaba pasando. Fueron reacias a contestar. Ahora, las hermanas "han presentado un acta notarial donde se recogen todos los artículos que se llevaron a Elche", explican desde el departamento que dirige Esperanza Moreno. La dirección general de Bienes Culturales insistió en saber por qué habían trasladado todo este patrimonio. Y las monjas dicen que lo hicieron por seguridad: el convento se iba a quedar vacío y temían que alguien robase las piezas. Se trataría de bienes muebles con cronologías que abarcan desde el siglo XVII a la actualidad, con un valor histórico y artístico de primer orden.

Aseguran las religiosas que es una situación provisional y que, cuando regresen personas de la orden al convento, regresarán las piezas, ya que tienen previsto que vuelva gente al convento. Esta situación se denomina depósito provisional. Sin embargo, en este convento de Mula, como confirmó a esta redacción el propio obispo, estaba previsto que se instalasen religiosos de los Heraldos del Evangelio, orden investigada por el Papa, como consta en la propia página web del Vaticano.

"Ahora, desde Bienes Culturales se les comunica a las monjas que se hará seguimiento de ese depósito provisional y que en cuanto desaparezca el motivo alegado (falta de personas y falta de seguridad), las piezas regresarán al convento", apuntan desde la Consejería.

Esto es un tema meramente administrativo en el que no pueden actuar las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.