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En el Hospital Vinalopó

Especialistas deciden si ven a los pacientes enviados por los médicos de Familia

Los jefes de servicio realizan un triaje previo para sopesar si aceptan o no la cita con el fin de evitar la saturación

Uno de los centros de salud gestionados por el departamento del Vinalopó.

Los especialistas del Hospital del Vinalopó pueden rechazar atender a un paciente y, por los testimonios recabados por este diario, lo están haciendo. El centro tiene su propio sistema de «triaje». Para obtener cita, los médicos de cabecera realizan a los especialistas una interconsulta online y son estos los que determinan si finalmente ven o no al paciente, citándolo a través de un SMS o por teléfono. Un sistema diferente al del Hospital General de Elche, en el que el paciente sale de la consulta con su médico de Familia sabiendo el día y la hora en la que será visto por el especialista, pues los médicos del centro de salud realizan la citación de forma directa. La Conselleria de Sanidad señaló que este, el aplicado en el General, es el protocolo habitual, y rehusó valorar el sistema implantado en el Vinalopó aludiendo a que «se trata de una concesión, y tienen sus propias formas de organizarse», señalaron a este diario fuentes de Sanidad.

Este protocolo impulsado por el Vinalopó tiene detractores y defensores. Desde la dirección del centro hospitalario señalan que el objetivo pasa por «agilizar la atención sanitaria de los usuarios del departamento y garantizar la resolución de cualquier problema de salud de forma rápida en una sola consulta con el especialista». También añadieron que, el hecho de que el médico de cabecera eleve una interconsulta al especialista, antes de citar directamente al paciente, facilita que «en caso de necesidad, los médicos de Primaria realicen la petición de todas las pruebas complementarias antes de derivar a los pacientes, evitando así desplazamientos innecesarios y consultas sucesivas». El problema, según denuncian varios testimonios recabados por este diario, es que en algunas ocasiones esa derivación nunca llega y el especialista rechaza ver al paciente tras la petición realizada por el médico de cabecera.

Así, un usuario que lleva de baja varias semanas al sufrir una lesión de rodilla relataba al diario que «tras acudir varias veces al médico de cabecera, me dijeron que elevarían la consulta al traumatólogo, para que me vieran y decidiera si me tenían que extraer líquido o realizar alguna prueba. La sorpresa llegó cuando volví a mi doctora y me dijo que el servicio de Traumatología había rechazado verme, que siguiera con los analgésicos y la rodillera y si seguía igual, que volviera». Automáticamente, pidió una hoja de reclamaciones que presentó ante el Servicio de Atención e Información al Paciente (SAIP). Otro paciente, también relató a este diario que pidió ir al traumatólogo a su médico de cabecera y «su respuesta fue que el traumatólogo rechazaba verme».

Derivación directa

Pese a que desde el Vinalopó señalaron que «ante signos inequívocos, el médico de atención primaria realiza la propuesta de consulta con el especialista directamente» parece que estos casos en los que el supervisor del servicio debe aprobar la consulta, son frecuentes. «Fui este otoño al médico por un lunar que, aunque lo tenía hace tiempo, comenzó a sangrar. La médica me dijo que elevaba la consulta al dermatólogo y que, si me quería atender, ya me llamarían, que no dependía de ella». Más de un mes después me dieron cita, a través de SMS», cuenta otro paciente que, en este caso, sí fue atendido, pero que tuvo que pasar por el criterio del coordinador del servicio antes de ser citado, en lugar de hacerlo su médica directamente.

Desde la dirección reiteran la defensa de este sistema, e insisten en que «la interconsulta es una herramienta que no sustituye a la derivación sino que la complementa permitiendo ofrecer una sanidad más ágil, reducir el tiempo de incertidumbre del paciente y que, además, es valorada muy positivamente tanto por profesionales de Primaria como de hospital». Por parte de los facultativos, hay división de opiniones. Por un lado, es cierto que hay quien señala que «tiene sus ventajas, en el sentido de que para pequeñas cosas se pueden resolver de forma rápida», explica un médico de un centro de salud del Vinalopó. Por el contrario, otro facultativo señala que «este sistema pone en entredicho mi criterio como médico, que tras más de 10 años de carrera y otros 20 de profesión creo que sé perfectamente cuando tengo que derivar a un paciente al especialista, si es que lo necesita. Yo soy quien ve al enfermo, sé cómo está. Quien está detrás de la interconsulta solo ve una pantalla de ordenador, no se puede valorar a nadie sin examinarlo», critica.

Sobrecarga

Además, «para no sobrecargar a los especialistas, al final nos sobrecargan a nosotros, que no olvidemos que somos el departamento con mayor cupo de pacientes de toda la comunidad. El especialista los rechaza, nunca los llama, y vuelven a quejarse a nosotros, siguen con su problema, y se indignan, muchas veces con razón. Lo único que podemos hacer es mandarlo al SAIP» concluye.

El Sindicato Médico: «Nos frenan pruebas de rayos»

El colectivo de facultativos dice que los jefes de servicios anulan algunas peticiones y critica la falta de personal

El Sindicato Médico señaló a este diario que el rechazo de pacientes por parte de especialistas es tan solo «la punta del iceberg de un problema mucho más grave». Para el colectivo, el problema base es la falta de facultativos que origina la saturación de muchos servicios y obliga a reducir el número de pacientes mediante estos triajes pero «también, y esto sí que nos parece grave, con el rechazo de pruebas de radiodiagnóstico como son ecografías, TACs, o resonancias. En los últimos meses ha sido la práctica habitual, aunque es cierto que últimamente se está dando menos, en función de cómo esté de saturado el servicio», señalan desde el sindicato.

Esa saturación responde más, según el colectivo de facultativos, a una falta de profesionales que a una sobrecarga de pacientes. «Es cierto que es un problema, el de la falta de médicos, que se da a nivel nacional, pero en este hospital es aún más grave. En igualdad de condiciones, un médico prefiere cualquier otro departamento al nuestro, por esa sobrecarga de trabajo, por lo que los pocos profesionales que quedan libres optan por irse a otros hospitales».

«El ejemplo más claro lo tenemos en el Hospital General, donde para una población similar tienen casi el doble de médicos en muchos servicios que el Vinalopó. Por ejemplo, la plantilla de otorrinos en el Vinalopó es de cuatro personas, y en el General son ocho». Además, recordó que «en los últimos meses se han ido profesionales en bloque en Dermatología, Traumatología y Urología, que dejaron a los servicios en jaque».

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