P Esta semana ha recibido la medalla de Oro de la UMH, ¿qué ha supuesto para usted?

R Es una satisfacción recibir el máximo reconocimiento de la UMH tras haber sido rector durante ocho años. Fue acto muy bonito y me gustó la intervención de nuestro nuevo honoris causa, Ramón Lobo, una persona interesante. Tiene una visión de la vida curiosa, ha vivido mucho y sabe contarlo bien. Siempre es agradable que la gente que conoces te diga palabras de apoyo. Se lo agradezco mucho a todos los amigos que vinieron al acto, algunos desde lejos.

P Dejó de ser rector de la UMH en junio del pasado año, ¿a qué se dedica actualmente?

R He vuelto a mis tareas particulares. Ahora me encuentro de año sabático, puedo viajar. También estoy escribiendo un libro con otros dos investigadores sobre eficiencia económica. Lo vamos a publicar en inglés para que tenga mayor impacto. He pasado un mes trabajando en la Universidad Erasmus de Rotterdam y tengo previsto irme una temporada a Estados Unidos a una politécnica de Boston y a una universidad australiana, en la que pasaré unas cuantas semanas.

P ¿Echa de menos ser rector?

R Ocho años son suficientes. Es una etapa dura, en la que hay que analizar bien, coordinar a muchas personas, tomar decisiones relevantes? También es gratificante porque la gente te reconoce lo que haces. Cuando dejas el cargo la sensación es rara. Pasas de que te llamen a todas horas a que prácticamente no suene el teléfono. Requiere un periodo de adaptación. Me vino bien que el cambio se produjera cerca de las vacaciones. Luego te pones a trabajar y enseguida te adaptas a la nueva realidad.

P ¿Quedó contento con el trabajo hecho en sus ocho años?

R Hubo dos etapas diferenciadas. La primera fue la más dura con la crisis. No había liquidez y pusimos en marcha un plan de ahorro muy estricto para toda la UMH. Llegamos a ahorrar una tercera parte del presupuesto global. Tampoco salían plazas de PAS ni PDI. Aún así, subimos en las clasificaciones de docencia e investigación. Los siguientes años fueron más placenteros. En general, fue un periodo positivo, tanto para la UMH como a nivel personal. Dejamos un camino marcado para el futuro.

P ¿Cómo ve el presente por el que está atravesando la UMH?

R Están surgiendo de nuevo problemas con la financiación y, si se confirman los malos augurios, se ralentizarán muchos proyectos. Hay edificios pendientes de construir en Altea, Orihuela y, sobre todo, Sant Joan d'Alacant. Esperamos que el parón no sea tan grande como la última vez. Tenemos una inercia que nos hace rodar solos y los investigadores empujan del carro de forma importante. No veo grandes nubarrones en nuestro presente más allá de la financiación.

P ¿Es optimista de cara al futuro que tendrá la Universidad?

R Las universidades siempre tenemos que ponernos al día. Es algo que preocupa a docentes e investigadores, por lo que es una ventaja. Otro aspectos a tener en cuenta es que las grandes partidas para fondos de innovación y transferencia tecnológica son europeas, no de la Generalitat ni españolas. Ahí estamos bien posicionados y queremos que se incremente con el paso del tiempo, nuestra apuesta de futuro es estar en Europa.

P Uno de los planes estratégicos de la UMH es el de la Inteligencia Artificial...

R Es algo inevitable y exige un esfuerzo adicional en formación. Proporcionará unas ventajas muy importantes, sobre todo en los estudios que tienen dependencia tecnológica. Necesitamos la Inteligencia Artificial y es una buena decisión incorporarla ya en nuestros planes.

P ¿Le preocupa el envejecimiento de la plantilla docente?

R Hay que formar a los profesores jóvenes para que lleguen a catedráticos cuanto antes. También se puede fichar a personas de fuera de la UMH aunque a eso se le tiene respeto. Si conoces a la gente desde que empieza, te puedes fiar más. Los jóvenes se están formando bien y también habrá que apostar por programas en los que se contrate a catedráticos por un año o dos para que nos ofrezcan una docencia de calidad. Esos catedráticos pueden ser de fuera de España.

P ¿Ve Medicina en la UA?

R No tiene ni pies ni cabeza que haya Medicina en la UA. Vivimos en un entorno pequeño y sería exagerado contar con más de una facultad. En otros lugares se ha hecho pero eso no es recomendable. En las oposiciones vemos que se presentan más de doble de candidatos que plazas se ofrecen. Otra cuestión es que colaboremos en ciertas áreas porque somos universidades hermanas. Poner en marcha Medicina en la UA no sería sencillo, requería una gran inversión.

P ¿Cuál es su postura sobre la separación de universidad y ciencia en el nuevo Gobierno?

R Tampoco le veo sentido, la esencia de la universidad es la investigación. Me parece una decisión poco operativa. Habrá que dar un tiempo para ver cómo funciona esta medida pero la primera impresión no es buena.