Un grupo de trabajadores del servicio de Radioterapia del Hospital General de Elche advirtió ayer en un comunicado de la «perdida de calidad» que supondrá la reversión de la concesión que desde hace 12 años cubre el servicio, al tiempo que recordó que esto acabará con sus puestos de trabajo. Como ya adelantó este diario, uno de los dos aceleradores lineales con los que cuenta el centro se ha suprimido a la espera de implantar uno nuevo, donado por la fundación de Amancio Ortega, y los trabajadores señalan que cuando acabe la reversión el año que viene, el centro hospitalario perderá la otra máquina y solo se quedará con la donada al hospital por el mecenas. Esto originará, dicen, «un deterioro evidenciable a través de la creación de listas de espera o la derivación de pacientes a otros departamentos de salud», señalan. De hecho, hasta que la máquina entre en funcionamiento, lo que está previsto para mayo, será necesario desviar a algunos pacientes a otros centros públicos y privados, según señaló la Conselleria.

Los empleados de este servicio, que son una veintena entre personal médico y sanitario, señalan que «en ningún momento nos hemos opuesto a la llegada de este acelerador, todo lo contrario, por cuanto era de esperar que con la donación se incrementara el número de dos a tres, aumentando así la ratio acelerador/población, ya de por sí baja según directrices europeas».

En lugar de eso, se reducirán de dos a solo uno, critican. Esto se debe, añaden, a que se ha optado por la creación del servicio desde cero, en lugar de revertirlo por completo y quedarse con el personal contratado actualmente por la concesionaria. «No entendemos por qué no se ha llevado a cabo un rescate del servicio, previsto en las condiciones de licitación, dándole continuidad y sin necesidad de inversión económica».

Los trabajadores consideran que la opción elegida, de crear de nuevo el servicio desde cero, «hace necesaria una inversión adicional, no contemplada en la donación, tanto para la puesta en marcha del nuevo acelerador como para garantizar su correcto uso y el tratamiento de los paciente, inversiones indispensables que se estiman en cientos de miles de euros», critican.

Desigualdad

Además, esto les deja, según su criterio, en una situación de «desigualdad de trato» con respecto a otros conciertos que han acabado pasando a la gestión directa, en los que «los trabajadores han continuado su labor asistencial (...) llegando a insinuarse incluso la intención de proceder de la misma forma en concesiones aún vigentes como el Hospital del Vinalopó o el Hospital de Denia».

Lo que defienden además es «evitar la eliminación de la experiencia adquirida durante 12 años, valorada positivamente desde otros servicios de este hospital, así como asociaciones de pacientes», concluyen los trabajadores de Radioterapia. Por último añaden que «entendemos que lo que diferencia a una buena práctica médica es la formación, la actualización continuada y experiencia de los profesionales que en ella intervienen, reforzada por medio de una fuerte cohesión como grupo de trabajo conseguida a través del trabajo conjunto».