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La petición de ayudas para el pago del alquiler desborda la previsión de Cáritas

Esta organización vinculada a la Iglesia ha ayudado en estos cuatro meses a más de 1.400 familias ilicitanas

Descarga de comida en la sede principal de Cáritas Elche, ubicada junto al puente del Bimil.lenari. MATÍAS SEGARRA

Asisten a personas en riesgo de pobreza, ayudan en el pago de alquileres, dan de comer todos los días en sus comedores, tienen un centro de acogida para personas sin hogar y, ahora, además también facilitan mascarillas a quien no tiene recursos para comprarlas. Cáritas Elche ha tocado en estos últimos meses muchas puertas y ha llenado muchas neveras ilicitanas. Durante el estado de alarma se vieron desbordados por la cantidad de llamadas que recibían al día, ya que las ayudas y los ERTE no llegaban a tiempo. Ahora han comenzado a funcionar casi con la normalidad que siempre habían tenido. Esta es su historia durante esta pandemia.

Desde el comienzo de la actual crisis, en marzo, esta entidad ha ayudado a más de 1.400 familias afectadas por la situación, repartiendo toneladas de alimentos, complementadas con ayudas económicas directas para el pago de alquileres y suministros de la vivienda, e incluso con el pago de botellas de butano. En este sentido se sienten desbordados. En dos de cada tres hogares residían menores, por lo que las necesidades eran mayores, llegando en forma de pañal, leche infantil y otros productos de alimentación para lo más pequeños. En otros muchos casos han asistido también a personas mayores que no tenían recursos para poder pagar sus medicaciones.

Joaquín Sansano, coordinador de Cáritas, nos cuenta que actualmente funcionan con relativa normalidad en el centro de acogida de personas sin hogar, donde toman la temperatura a todo el que llega y proporcionan diariamente mascarillas, geles hidroalcóholicos y aseguran la distancia de seguridad. «Hemos tenido que absorber parte de las personas que estaban en el albergue temporal del Toscar, debido a la necesidad de espacio para el distanciamiento», apunta.

El coordinador cuenta que están más relajados con respecto a las ayudas económicas «ya que se han activado subvenciones a nivel municipal y autonómico, además de la aprobación del Ingreso Mínimo Vital».

Asimismo, el coordinador señala que durante el estado de alarma un 80% de familias que pedían ayuda eran ilicitanas, mientras que el resto eran de Colombia y Venezuela, principalmente. Tras el ingreso de las respectivas subvenciones a las familias residentes en Elche, y con más de un año de empadronamiento, el número de familias en situación irregular que solicitan ayudas, o con menos de un año residiendo legalmente en Elche, ha aumentado de forma considerable.

Con respecto al perfil de familias que todavía acuden a Cáritas, Joaquín comenta que mayoritariamente son familias que viven de la economía sumergida, trabajadores del mercadillo y mucho autónomo. «Son familias que vivían al día, muy pocos tenían situación laboral regular y ahora no pueden recibir ningún tipo de ayuda», apunta.

Los proyectos que tenían pensados en Cáritas para este año están comenzando a funcionar tras el parón por el covid-19. Así, han puesto en marcha, junto a la Fundación La Merced, un piso de acogida para reclusas internas con hijos que salen de permiso o en tercer grado.

De manera general, con respecto a los Programas de Empleo, han retomado el curso de camarero, que se encontraba en la fase de prácticas. Por otro lado, Joaquín Sansano comenta que un dato interesante es el aumento de mujeres que asisten a los cursos de formación que oferta Cáritas. «La feminización de la pobreza y la cantidad de madres solteras está haciendo que las mujeres mejoren sus condiciones y su formación para sacar adelante a sus hijos, afirma.

La realidad en nuestras calles es que el covid ha sacado a la luz cantidad de familias que vivían, y viven, en situaciones precarias. Muchas veces miramos a otro lado, y no vemos que el que va a Cáritas es nuestro vecino.

Una de cada tres personas acude a la ONG por primera vez

Gran parte de los que piden amparo viven de la economía sumergida o están en un ERTE sin fecha de vuelta

Una de cada tres personas que han acudido a Cáritas durante estos meses lo ha hecho por primera vez. Así, según afirma Joaquín Sansano, los voluntarios de la organización iban casa por casa a llevar productos de primera necesidad, y lo hacían sin llevar nada que los pudiera identificar, para así pasar desapercibidos y que nadie supiera que esa persona estaba pidiendo ayuda.

Durante el estado de alarma, muchos ilicitanos se encontraron con que sus necesidades básicas no podían ser cubiertas, puesto que, o se encontraban en el paro, o estaban afectados por un ERTE sin fecha de vuelta. Estos mismos, acudían por primera vez a Cáritas, una organización que les quedaba tan lejos anteriormente, y que ahora les ayuda a llenar su nevera.

Entre los demandantes de ayuda, en su mayoría son personas que vivían de la economía sumergida, ya que en la ciudad nunca antes se había paralizado de esta forma el sector del calzado, y muchos de ellos no pueden optar a ninguna ayuda puesto que no cotizan en la Seguridad Social.

Además de las familias ayudadas directamente por Cáritas, también se ha estado informando, orientando y asesorando a personas y familias en la realización de gestiones y el acceso a los servicios sociales municipales, dado que no habían necesitado acudir con anterioridad y se encuentran totalmente desinformadas en esta materia.

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