Una alegría para olvidar tragedias. La ciudad de Elche cantó ayer en Montilivi el sexto ascenso a Primera del equipo que tan bien le representa por los campos de fútbol. Sin grandes estridencias en la calle y con la seguridad que había solicitado el alcalde Carlos González por bandera, los balcones se llenaron de gritos por la hazaña del equipo de Pacheta al filo de la medianoche.

Sin duda, el ascenso a la élite más extraño, la gente acudió a una Glorieta controlada por un amplio dispositivo de la Policía, que exigió a todos mascarilla. Hubo también tracas, cláxones y el «Aromas ilicitanos» como sintonía de una noche inolvidable para celebrar el retorno a Primera cinco años después del abrupto descenso administrativo de 2015.

Siguiendo la tradición que acompaña al Elche, se cantó otro ascenso lejos del Martínez Valero, como en los cinco casos anteriores. La noche fue larga y las calles se llenaron de gritos y celebraciones desde las propias casas de una ciudad que ha recuperado el caché que siempre otorga tener un equipo en Primera.

Por fin, a través del «play-off»

El Elche completó ayer su tercer «play-off» de ascenso a Primera y por fin lo pudo cerrar con éxito rotundo. En sus dos precedentes no consiguió subir (en el inusual formato de liguilla de la 86-87 y en la citada 10-11 con el Granada). Los cinco ascensos a la élite del conjunto franjiverde habían sido directos en la liga regular. El Elche hizo buena ayer su fortaleza a domicilio; anoche en Girona le valían 15 de los 24 resultados que había cosechado este año fuera de casa.