Los exámenes han regresado hoy al campus de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche tras la suspensión de las clases por la emergencia sanitaria y tras un segundo cuatrimestre que estuvo marcado por la utilización de los medios telemáticos para impartir docencia y evaluar a los estudiantes. La Universidad ilicitana, a través de sus canales de comunicación, había dado a conocer que las pruebas presenciales volverían a principios de septiembre y las estrictas medidas que debían cumplirse con el protocolo de seguridad e higiene. Este anuncio había provocado una oleada de críticas por parte de la comunidad universitaria, una visión que no era tan negativa al hacer un sondeo a pie de aula. Las opiniones estaban mucho más divididas y, aunque algunos jóvenes expresaban su temor ante un posible contagio, eran mayoría los que apostaban por un modelo clásico de exámenes, dadas las dificultades que se han encontrado los últimos meses a la hora de hacer test desde sus ordenadores.

La UMH tomó en junio la decisión de que los exámenes de recuperación correspondientes al primer cuatrimestre se hicieran de forma presencial y, los del segundo cuatrimestre, a través de medios telemáticos. Esta decisión buscaba dos objetivos: que las pruebas de recuperación se hicieran de la misma forma que las originales, para que no se produjera un agravio comparativo entre estudiantes, y que la presencia de alumnos en el campus fuera menor ya que solo tendrían que ir los que se examinaban de asignaturas del primer cuatrimestre. «El problema es que la situación sanitaria ha empeorado mucho en las últimas semanas. Creíamos que habría rebrotes en octubre pero no para las fechas actuales», explica el vicerrector de Estudiantes de la UMH, José Juan López Espín.

En el caso de los exámenes presenciales, la Universidad contemplaba la posibilidad de que, si existía un consenso total entre profesores y la clase, las pruebas se hicieran online. De esta manera, en la UMH estiman que, de todos los estudiantes que tienen que examinarse en septiembre, apenas pisarán el campus estos días entre un 25 y un 30%. También estaba contemplada la opción de que un alumno tuviera que hacer un examen presencial y, a continuación, otro online. Como no les daría tiempo a regresar a sus domicilios, la Universidad ha habilitado puestos en las aulas de informática, para cuyo uso hay que cumplir con las medidas de higiene y seguridad, del mismo modo que estaban ayer establecidos los protocolos para acceder a los edificios o utilizar los aseos.

Buena parte de los exámenes presenciales se han hecho en el edificio Altabix, uno de los principales aularios del campus de Elche. En su interior, los estudiantes, antes de someterse a los cuestionarios, comentaban sus impresiones frente a una situación tan peculiar como la actual. Pese a que las opiniones vertidas en redes sociales eran en su mayoría contrarias a las pruebas presenciales, muchos aplaudían la decisión adoptada por la UMH. «Los exámenes online han sido complicados y nos da más seguridad estar aquí y hablar con los profesores. También teníamos que estar pendientes de que la conexión no fallara y eso nos hacía estar más nerviosos», apuntaba la joven Ana Albero antes de hacer un examen de Ingeniería Electrónica.

Junto a las medidas de prevención para hacer los exámenes, la UMH también había informado a sus estudiantes de las pautas que debían seguir en caso de haber dado positivo, encontrarse en cuarentena o detectar síntomas antes de realizar las pruebas. «Me parecen buenas las medidas que ha tomado la Universidad y que se haya decidido separar a los alumnos del primer cuatrimestres y del segundo para no coincidir tantos en el campus. En los exámenes siempre se mantienen las distancias de seguridad para que no copiemos pero el edificio Altabix no cuenta con mucha ventilación», resumía sus sensaciones el joven Alejandro Bermejo, antes de añadir: «Las clases del próximo curso sí que prefiero que sean online porque ahí somos más y pasamos más tiempo aquí. Y, por culpa de la situación actual, este año está habiendo más problemas con los alquileres de los pisos».

Más similares a las opiniones que se habían vertido los últimos días en las redes sociales eran las posturas que mostraban otros estudiantes. «Me parece mal que nos hayan hecho venir porque, en mi caso, vivo a 200 kilómetros de aquí, en la provincia de Cuenca. Hemos tenidos que asumir un riesgo grande para nosotros y nuestros familiares y eso es duro», lamentaba el joven Rufino López. Otros compañeros criticaban la falta de ventilación en las aulas o el hecho de que los alumnos de un cuatrimestre se tuvieran que examinar presencialmente y los de otro, no.