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La emergencia sanitaria deja en segundo plano los deberes del alcalde

González inicia el año político con el objetivo de lograr unos presupuestos municipales que permitan dinamizar la economía y cerrar la brecha social

El alcalde, ayer, con Tonia Salinas (UMH) y el edil Carles Molina. Antonio Amorós

Este año no se podrá decir que el alcalde, Carlos González, y su equipo de gobierno arrastran los mismos deberes de siempre. O, mejor dicho, los problemas que Elche viene acumulando desde hace años quedan en segundo plano, relegados por todo lo que ha estado aconteciendo a lo largo de este 2020. La emergencia sanitaria y la crisis social y económica que ha desatado y que sufre la población ilicitana ha provocado que las prioridades del primer edil hayan virado. Su mente esta puesta ahora en trabajar en la configuración de unos presupuestos municipales que atiendan a la reconstrucción desde el ámbito municipal, con una inversión que permita dinamizar la maltrecha economía local y que, a la vez, apueste por políticas sociales que cierren una brecha social acentuada.

Todo esto, por supuesto, sin perder de vista la pandemia y trabajando en la coordinación que evite su expansión en Elche con nuevos brotes. Y con una tregua lograda durante los últimos meses gracias a que algunos de los grandes proyectos que estaban enquistados han comenzado a ver algo de luz, como la peatonalización de la Corredora, con unas obras que ya se encuentran en marcha, o la adjudicación de la nueva contrata de basuras, en la última junta de gobierno antes de agosto, a Urbaser-FCC, un contrato para los próximos diez años que es el más caro de la historia del municipio y que rebasa los 300 millones de euros.

Volviendo a las consecuencias desatadas por la emergencia sanitaria, una de las grandes preocupaciones de González, y en la que centra buena parte de sus esfuerzos actuales, es el inminente inicio del curso escolar. El equipo de gobierno pretende que la vuelta de los alumnos a las aulas sea sin grandes incidentes y, sobre todo, con plenas garantías tanto para los menores como para sus familias y la plantilla de docentes. «Es uno de los grandes retos de este momento. Estoy convencido de que las decisiones que se han tomado a nivel económico, los recursos que se han puesto encima de la mesa y el esfuerzo municipal nos permitirán comenzar las clases en las mejores condiciones, dentro de un contexto tan complicado», apuntó ayer el alcalde.

Para lograr el objetivo de que el curso escolar se desarrolle de la forma más óptima, Elche ha reforzado su plantilla de profesores con 152 nuevas contrataciones, lo que permitirá que cada centro, público, privado o concertado, reciba, al menos, un nuevo maestro. Varias de las concejalías que componen el actual Ayuntamiento ilicitano -Educación, Deportes. Cultura y Juventud- también están trabajando en un proyecto transversal de actividades extraescolares que, entre otros retos, persigue dotar a los estudiantes y sus familias de herramientas digitales.Situación del centro

Aunque en algunos de los grandes problemas de Elche, como la peatonalización de la Corredora o la nueva contrata de basuras, se han logrado avances, otros siguen completamente estancados en el arranque de un nuevo curso político. Así se puede hablar de la llegada del AVE a la ciudad, del auditorio prometido por la Diputación (González urgió a Carlos Mazón en julio a mantener una reunión en breve), de la inversión en las pedanías, que este año ha sufrido nuevos recortes, o de la parálisis que arrastran edificios emblemáticos del centro, como El Progreso o, sobre todo, el Mercado Central. A estos problemas en el casco histórico hay que sumar uno nuevo con el cierre de la tienda de Zara.

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