El Hondo está en Elche pero Elche no mira a El Hondo. Bajo esta premisa, el consejo rector del parque natural lleva cuatro años proponiendo al Ayuntamiento una solución para acercar este paraje a los ilicitanos y, tras aceptarse, de cara a 2021 será una prioridad, según confirmó la concejala del área, Esther Díez (Compromís). La edil acudió a la zona esta semana para inaugurar un nuevo observatorio de aves construido por una brigada que realiza el mantenimiento de las instalaciones y que hace el número 15, que era otra de las peticiones de los dirigentes del espacio natural. El presidente del consejo rector, Vicent Sansano, confirmó la necesidad de que Elche tenga un mayor protagonismo en el presente y futuro de un espacio que, entiende, es fundamental para el proyecto de ciudad verde que pretende llevar a cabo el equipo de gobierno (PSOE+Compromís) de cara a 2030.
Y, aunque el concepto de vía verde hace referencia a lo más natural, a paseos a pie o en bici, el objetivo es que sea la denominada ruta azul, que tiene en estos momentos 9 kilómetros de longitud y esta inacabada, en los que recorre solo parte del extenso paraje (desde el centro de interpretación hasta las inmediaciones de la carretera de Dolores-Elche a la altura de Sivaes), la que sirva de nexo de unión entre Elche y un parque natural que a día de hoy mantiene su principal entrada en el municipio vecino de Crevillent, concretamente en la pedanía de San Felipe Neri.
Esther Díez explicó que la «puerta» de Elche a El Hondo estaría en el Museo de Pusol, a unos dos kilómetros de distancia, para lo cual tendrían que acondicionarse varios caminos que en estos momentos apenas registran tráfico rodado. Desde la junta rectora su presidente explica que, unir El Hondo, El Palmeral y el Museo de Pusol, ofrecería una nueva visión del pasado y del presente de Elche con elementos tan ilicitanos y poniendo en valor, precisamente, el más desconocido pero no por ello menos interesante. Esto se haría a través de un camino con mucha historial, el de la Piedra Escrita y, otra cosa importante, hasta el Museo se puede llegar por autobús desde la ciudad.
El enlace entre la ruta azul y la carretera de Dolores necesitaría de un compromiso de la Generalitat, pues es la propietaria de la vía intercomarcal para que adecuara el medio kilómetro, aproximadamente, que carece de protección para los ciclistas, donde no existe camino ni arcén pero sí siete metros disponibles hasta la valla del parque natural. Una segunda obra sería necesaria, de unos 700 metros más, hasta una rotonda próxima con lo que se podría comenzar a cerrar el circuito perimetral de El Hondo y, al mismo tiempo, el parque natural hasta Elche, a través de la carretera, estarían enlazados para los ciclistas. Y esto si que es un proyecto que encanta a la Concejalía.
El principal problema es el económico porque, aunque no se está hablando de una gran inversión, sino más bien de voluntad, lo cierto y verdad es que la actual situación de crisis sanitaria va a condicionar y mucho los proyectos municipales de 2021; de hecho, Esther Díez recordó que este asunto ya se ha puesto sobre la mesa del equipo de gobierno este mismo año pero sin resultados positivos. Los técnicos municipales han visitado este año la zona para ver la posibilidad de poner en marcha un proyecto que será bandera de un Elche más verde.
La Diputación y su carril a través de la Vereda de Sendres
Pero esta no es la única posibilidad que se abre a los responsables municipales porque la Diputación está elaborando un carril bici en la Vereda de Sendres que, igualmente, finaliza en la carretera de Dolores. La posibilidad de conectarlo abriría posibilidades tan interesantes como que Elche y el parque natural pudieran estar conectados por bici y que este medio de transporte sirviera también para acercarse al mismo desde Santa Pola, por ejemplo.
ELCHE YA PEDALEA, PERO AÚN CON MUCHA LENTITUD
Movilidad sigue apostando por el futuro de BiciElx, pese a sufragar el usuario sólo el 29% del coste real
Diez años tiene Elche por delante para conseguir mover a los ilicitanos en bicicleta, algo que no es fácil porque, tras la pandemia, incluso la cifra ha disminuido y se ha pasado de los 2.139 con los que se cerró 2019 a 1.950. Trabajadores (47%), estudiantes (36%) y autónomos (6%) son sus usuarios mayoritarios, pero menos de un 1% de ilicitanos utiliza este medio de transporte, pese a que las facilidades siguen aumentando con más estaciones (45), anclajes (699) y bicicletas (391). De hecho BiciElx, la empresa pública que gestiona el servicio, de hecho asume el 79% del coste del servicio y los usuarios, con los bonos, pagan el resto. Para que nos hagamos a la idea, cada vez que alguien coge una bici el coste es de 1,26 euros de los cuales el Ayuntamiento asume un euro y, el resto, entra en el cargo del ciclista.
La bicicleta se utiliza principalmente de lunes a viernes (86%) y durante el pasado año se recorrieron 4,8 millones de kilómetros, lo que supuso un ahorro de 29,5 toneladas de gases de efecto invernadero que no acabaron en la atmósfera. La distancia media es de 1,77 kilómetros y un abonado viene a utilizarla una media de doce veces cada mes.
Hay más hombres (59%) que utilizan este transporte que mujeres (41%), un porcentaje que se mantiene invariable desde 2018. Cada usuario realiza al año una media de 267 kilómetros con este transporte.
