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Antes faltaban sillas, ahora sobran mesas

Los estudiantes de Elche solo cuentan con una sala mientras la UA reabre todas sus bibliotecas

La biblioteca Pedro Ibarra de Elche. Antonio Amorós

Con el fin del verano se acerca el momento de las recuperaciones y el retorno a la rutina que nos trae el mes de septiembre. Muchos estudiantes, por estas fechas, se acercaban a las salas de estudio o bibliotecas a preparar sus exámenes de recuperación donde pasaban los días, y en algunos casos las noches. El panorama era el de zonas de estudio con mesas hasta arriba de apuntes, y con los estudiantes codo con codo, literalmente, para aprovechar los espacios en ellas. Ahora que este momento se avecina, con las salas de estudio cerradas y solamente una biblioteca abierta para poder estudiar en ella, ¿dónde estudian ahora aquellos que optaban por ir a estos sitios?

Por un lado, las salas de estudio municipales permanecen cerradas temporalmente debido a que no existe una vigilancia en ellas para que se siga el cumplimiento de las medidas de seguridad. Por su parte, las salas de estudio de las bibliotecas municipales también permanecen cerradas debido a que están supeditadas a los centros sociales y no están a pie de calle, a excepción de una.

En la ciudad de Elche, la única sala de estudio abierta actualmente es la de que hay en la Biblioteca Municipal Pedro Ibarra. Asimismo, el jefe de servicio de las bibliotecas, Luis Navarro, afirma que «desde un primer momento se están llevando a cabo las medidas de seguridad para el correcto uso de estas instalaciones». En primer lugar, se debe utilizar la mascarilla dentro del recinto en todo momento, además de la desinfección de manos con gel hidroalcohólico, tanto en la entrada como en la salida.

En años anteriores la afluencia de estudiantes era constante, llegando en estas fechas a un aforo completo de la biblioteca, afirma el jefe. Mientras, el panorama en el mes de septiembre, teniendo tan cerca las recuperaciones, es otro. En cuanto a la asistencia de estudiantes, «si tenemos 22 mesas la tónica ha sido hasta ahora llenar como mucho la mitad de las mesas, pero en estos últimos días estamos notando cómo se ha incrementado a duras penas el público, alcanzando las 17 personas», señala Luis Navarro.

Con respecto al perfil de los usuarios que asisten a las salas de lectura, desde la biblioteca Pedro Ibarra señalan que no ha cambiado, «aquí continúan viniendo tanto personas que están opositando como estudiantes que se están preparando sus exámenes de recuperación».

Además, el aforo se ha limitado a 22 personas, correspondientes a las 22 mesas que hay en la sala. Para poder asegurar que las medidas adoptadas se cumplen, las mesas de la zona de estudio están numeradas, de forma que a cada asistente se le asigna una y queda registrado. De esta forma, ninguna otra persona puede ocupar dicha mesa en todo el día, ya que no se desinfecta hasta el día siguiente, por lo que si el estudiante se marcha, ese sitio no será ocupado por nadie más. Mientras, el horario para poder asistir a la sala es de 9 a 14 horas, debido a que en verano se reduce a la mitad.

«Esta es una forma de que el asistente quede más tranquilo si se marcha un momento, o si tarda en volver más de lo normal. Normalmente, los que vienen aquí pasan la mañana completa, por lo que esta medida es muy útil para ellos», afirma el responsable, Luis Navarro.

Por su parte, la baja asistencia a estos lugares, según informa Luis Navarro, se debe a que «existe un miedo y un temor en los ciudadanos, por eso no se animan a asistir a estas zonas, pero me gustaría destacar que todas y cada una de las medidas se están llevando a cabo, por ello animo a las personas que antes venían, que vuelvan».

Por otro lado, todo usuario que asista a la biblioteca deberá facilitar su nombre y su teléfono para así poder tener un contacto ante posibles rebrotes, informa el responsable. Además, la entrada a las instalaciones de estudio se realiza por orden de llegada, ya que no existe la posibilidad de reservar mesa.

Situación en la UA

Por su parte, las siete bibliotecas de la Universidad de Alicante (UA) ya están abiertas con los nuevos protocolos de seguridad anti covid-19. La biblioteca de la Politécnica y Ciencias de la Salud, ubicada en el edificio de la Biblioteca General, fue la primera en volver a la llamada «nueva normalidad» el pasado mes de junio y su funcionamiento ha servido para comprobar la eficacia de la implantación de las medidas.

En su caso cuenta con grandes ventanales que dan a un patio, lo que permite que la ventilación sea buena. También se han marcado los sitios en las mesas en las que los alumnos no pueden sentarse para cumplir el metro y medio de distancia y las estanterías con los libros están precintadas. Quien desee realizar una consulta debe pedir el libro o manual online y desde la biblioteca le avisarán cuando esté disponible y pueda recogerlo. Además, todos los libros consultados se dejan en una caja que al final del día se precinta y se deja tres días en cuarentena antes de volver a sacar los ejemplares para su uso. En estos momentos en las bibliotecas están ultimando unos pequeños carteles para que cada usuario los coloque cuando se marche de manera que pueda desinfectarse la mesa y la silla para el siguiente, informa Sol Giménez.

A la entrada los alumnos o profesores de la UA deben utilizar la app de la universidad para dejar constancia mediante la lectura de un código QR de que han accedido al recinto de manera que facilite la trazabilidad en caso de que se detectara algún positivo por coronavirus. Al resto de usuarios se les toman los datos al entrar. Además, los usuarios tienen gel hidroalcohólico a su disposición y un itinerario marcado en el suelo para evitar cruzarse con el resto.

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