Se acerca la hora de concretar el presupuesto municipal de 2021 y el equipo de gobierno quiere alcanzar un acuerdo lo más rápido posible para ganar tiempo y combatir de manera más eficiente los estragos económicos y sociales que se han derivado de la emergencia sanitaria. Por este motivo, el bipartito lanza medidas para alcanzar el consenso con los partidos de la oposición como la anunciada ayer: una congelación de las tasas e impuestos para no subir la presión fiscal de cara al próximo año que contempla, incluso, que el contribuyente no tenga que abonar el incremento del IPC.
El objetivo que se ha fijado el alcalde, Carlos González, y su equipo de gobierno es que el presupuesto de 2021 esté aprobado en noviembre y entre en vigor a principios del próximo año, por lo que se ganaría un mes de gestión. Conscientes de las dificultades actuales y con el objetivo de reactivar la mermada economía local y reducir la brecha social, desde el bipartito acogen como punto de partida para la elaboración del presupuesto la congelación fiscal de las tasas e impuestos municipales.
«Tenemos mayoría suficiente para sacar adelante el presupuesto pero nuestro talante es el de sumar otras fuerzas políticas e iniciativas de calado que son importantes para la ciudad», asegura González sobre la postura de partida que va a adoptar el equipo de gobierno para negociar el presupuesto. «En este momento toca contar con el resto de los grupos de la oposición, como estamos viendo que se plantea en otros ámbitos políticos», añade un alcalde que también espera que este cuatrimestre se concreten diferentes proyectos para dinamizar y revitalizar el centro histórico de la ciudad.
Moderación fiscal
González, al hacer hincapié en que este año no se actualizarán las tasas e impuestos municipales, reflexiona sobre los planteamientos originales con los que su formación accedió al gobierno municipal. «Nuestro planteamiento era la moderación fiscal. Ante la situación en la que nos encontramos, con una crisis sanitaria y económica, decidimos que se mantengan los precios de los impuestos con los mismos valores que este año. Es una forma de pedir menor esfuerzo fiscal a los ciudadanos», sostiene el regidor, que ayer también dio a conocer que las tasas de terrazas de la hostelería se eliminarán durante el primer semestre del próximo año.
Al margen de buscar un presupuesto de consenso que permita recuperarse de los efectos negativos que está teniendo el coronavirus en la sociedad ilicitana, el equipo de gobierno está poniendo en marcha otras medidas para reactivar la economía. Entre ellas destacan los dos planes de empleo que se desarrollarán a lo largo de este otoño y que permitirán la contratación de más de 150 personas, mayores y menores de 30 años, los próximos seis meses. Los dos planes supondrán una inversión superior a los tres millones de euros.
Del mismo modo, los autónomos se están beneficiando de medidas para poder hacer frente al pago de los alquileres de sus establecimientos. Una de las últimas que se puso en marcha, a finales de julio, cuenta con un millón de euros, aportado por Ayuntamiento y Diputación, y se divide en ayudas directas de hasta mil euros para los afectados.
UN CONCURSO DE IDEAS PARA OFRECER UNA SOLUCIÓN AL ENTORNO DEL MERCADO CENTRAL
El alcalde no descarta el derribo del edificio y apuesta por consolidar el provisional en su ubicación actual
Más allá de la emergencia sanitaria y sus consecuencias económicas, uno de los grandes retos que se marca el equipo de gobierno para el recién estrenado curso político es el de resolver, de una vez por todas, el culebrón del Mercado Central, algo que parece imposible a día de hoy. Para lograr este objetivo, la última propuesta, dada a conocer ayer por parte del alcalde, es la de convocar un concurso de ideas en el que los expertos deben lanzar propuestas para revitalizar el deprimido entorno de las plazas de las Flores y la Fruta y poner en valor los baños árabes y los refugios de la Guerra Civil.
Mientras el bipartito espera las propuestas para renovar el aspecto de un punto que es considerado como el segundo más importante del casco histórico de la ciudad, tras la Plaça de Baix, que a partir de noviembre, tras finalizar la peatonalización de la Corredora, ofrecerá una imagen muy diferente, Carlos González asegura que la resolución del contrato con Aparcisa está próxima. El alcalde también anuncia que en la adecuación del entorno del Mercado Central están sobre las mesa todas las opciones, incluso la de derribar el actual edificio para dejar un espacio más diáfano, siempre a espensas de la propuesta que resulte más valorada en el concurso de ideas que se ha convocado.
En paralelo, los planes del ejecutivo local también pasan por la consolidación definitiva del actual mercado provisional, ubicado en la avenida del País Valenciano y que pasaría a ser definitivo con las correspondientes adecuaciones tanto de su entorno como de su estructura. Esta consolidación también llevaría aparejada la construcción de un nuevo aparcamiento en la zona de José María Buck.
