Cuando «Silvia» y «María» llegaron a Elche el pasado noviembre el mundo era completamente diferente al que conocemos ahora. Por aquel entonces las preocupaciones y las prioridades eran otras y no había rastro del coronavirus que en este 2020 se ha apoderado de todos los ámbitos de la vida. Las dos espectaculares esculturas de 7.500 kilos del artista Jaume Plensa llegaban a la ciudad ilicitana gracias a la Fundación Hortensia Herrero para permanecer hasta julio. La situación sanitaria ha provocado que las obras hayan tenido también que pasar su particular confinamiento y, finalmente, han lucido en la plaza del Congreso Eucarístico hasta ayer, día en el que se procedió a su llamativo desmontaje, apoyado en una gran grúa, para buscar un nuevo destino en la Comunidad Valenciana, la ciudad castellonense de Vila-real.
La pesada maquinaria se apoderó ayer de la céntrica plaza ilicitana para proceder al desmontaje de «Silvia» y «María», unas monumentales esculturas que alcanzan los siete metros de altura. El alcalde, Carlos González, acompañado por la edil de Cultura, Marga Antón, no quiso perderse la intervención y se acercó hasta la plaza para dar también su adiós a las obras. «Los trabajos de Plensa pueblan las principales ciudades de Europa y del resto del mundo, por lo que hemos tenido la suerte de que Elche forme parte de este circuito mundial del arte», destacó el regidor. La llamativa presencia de las esculturas ha sido un reclamo más de la ciudad en meses que han sido duros también para los ámbitos del turismo y la cultura.Singularidad
Su belleza y su singularidad han contribuido a redefinir el paisaje urbano de Elche durante los últimos diez meses, ofreciendo un atractivo más al céntrico entorno que se ha sumado al triangulo que forman la basílica de Santa María, la Torre del Homenaje y El Palmeral. Los operarios estuvieron realizando ayer el trabajo de desmontaje de las dos esculturas para su posterior traslado, mientras que las plataformas de hormigón en las que se han apoyado en su estancia ilicitana serán destruidas.
Antes de su estancia en Elche y su próximo paso por Vila-real las dos cabezas del artista catalán Jaume Plensa habían estado expuestas en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de València junto a otras cinco obras de similares características. Su creador quiere expresar a través de ellas su idea de la feminidad, con unos modelos que representan rostros de niñas ligeramente distorsionados en hierro fundido. La iniciativa nació de un proyecto anterior del propio Plensa, en el que fotografió un millar de rostros en Chicago que, posteriormente, fueron escaneados para trasladarlos al hierro.Gran vacío
Tras sus diez meses en Elche, «Silvia» y «María» dejan un gran vacío en la plaza del Congreso Eucarístico que el Ayuntamiento de Elche ya está pensando cómo cubrir. Preguntado ayer por esta cuestión, González no quiso anunciar cuál será el siguiente proyecto que tome un emplazamiento muy difícil de llenar, como lo demostró el año pasado el fracaso de público que tuvieron las actividades al aire libre que se hicieron el marco del Festival Medieval.
Antes de que llegaran las esculturas de Plensa la plaza del Congreso Eucarístico fue el escenario que se utilizó para instalar una exposición itinerante del Prado con la que se conmemoraba el bicentenario del madrileño museo. Las Navidades pasadas también se instaló una bola con el interior vacío que llamó mucho la atención de ilicitanos y visitantes, como lo demuestra el hecho de que prácticamente nadie de la ciudad se libró de la tentación de publicar en Instagram su foto en ella.
