María Jesús Navarro, docente en la Universidad Miguel Hernández y miembro del Grupo de Investigación Economía, Cultura y Género y Directora del Centro de Estudios de Género, cuenta la realidad de las mujeres prostituidas.

P Actualmente, ¿cuál es la situación de las mujeres prostituidas en la provincia?

R Las mujeres en situación de prostitución tiene una etiqueta muy clara: vulnerabilidad. Entra en el mercado de la prostitución como pura víctima de trata, que tiene una deuda con la mafia que la ha captado, engañado y traído en este mundo. Por lo que esta etiqueta en el contexto del covid se acentúa a niveles muy altos, ya que la que es víctima de trata se la obliga a seguir trabajando, aumentando su deuda, sin ningún tipo de control sanitario, ni ningún tipo de garantía. Las que no tienen ningún tipo de deuda, aquellas que realizan la prostitución por necesidad, ahora están en situación de más necesidad. Todas las mujeres prostituidas ahora están atrapadas entre el virus y la explotación sexual.

P En el contexto sanitario en el que nos encontramos, ¿a qué se exponen este grupo?

R Los que las colocan en una situación de máxima vulnerabilidad son los propios puteros, aprovechándose de esta situación de vulnerabilidad, regateándole y exigiendo relaciones sexuales con muchísimo más riesgo. Es decir, sin preservativo y exigiendo por menos precio situaciones más de riesgo. Esta es la realidad actual de las mujeres prostituidas en el contexto covid.

P El cambio de licencia en los prostíbulos ha servido para eludir a la ley y poder continuar abiertos, ¿qué opina al respecto?

R El cambio de las licencias de los prostíbulos ha pasado siempre en España. Ya en el año 1950 nos suscribimos a un convenio para perseguir a los lugares donde se ejercía esta práctica, y sin embargo siempre se ha hecho caso omiso. Los prostituidores utilizan licencias que no están destinadas para el fin que están llevando a cabo, que es la explotación de las mujeres.

P ¿Qué mensaje lanzaría a la sociedad sobre estas prácticas?

R Debemos seguir recordando que los prostituidores son los agentes clave, sin ellos no habría prostitución, y por lo tanto violencia de género. Así, cuando hablemos de prostitución debemos hablar también de prostituidores, no centrarnos solamente en la mujer en situación de prostitución. El proxenetismo está penalizado, tú no te puedes lucrar de la explotación sexual de otra persona. Sí que está permitido en la ley española el alterne, pero no donde haya una transacción de pago por sexo. El sexo sin voluntad no es sexo.