Son las once de la mañana y cae un sol de justicia en Elche aunque la entrada al otoño ya empiece a notarse. Francisco A. tiene 57 años, perdió el trabajo hace siete meses por la pandemia de covid-19 y ahora sólo le queda lidiar con la burocracia para que le concedan una prestación que le asegure el alimento a sus tres hijos y a él mismo, «porque con 400 euros no da». Este ilicitano acaba de llegar a una de las colas que cada mañana se forman a las puertas de la Oficina Municipal de Atención al Ciudadano (OMAC). En concreto a la de la Plaça de Baix, la de referencia y a la que más ciudadanos se están derivando al estar más reforzada desde mayo, cuando la atención presencial empezó a ser más normal tras un confinamiento en el que sólo se gestionaron trámites urgentes.

La ciudad ha atendido desde mayo hasta la actualidad a más de 45.000 personas que pidieron cita previa en una de estas oficinas municipales y prácticamente la mitad del total de peticiones (20.545) se han realizado a través de la oficina central, absorbiendo mucho más que la segunda en la lista, la Francesc Cantó, en Carrús, con 8.339 o la de Plaza de Crevillent con 6.006 citas. ¿Y por qué esta diferencia tan considerable?

Esta oficina puede ser la más ágil ya que las citas se están dando a unos cuatro o cinco días vista de media, mientras que en el resto de oficinas de los barrios y pedanías no se dan hasta mediados de octubre, según muestra el calendario de reservas que ha habilitado el Ayuntamiento en un apartado de la web municipal (elche.es/citaprevia). Desde el ejecutivo local explican que esta variación tan notable se debe a que la oficina central puede absorber más carga de trabajo al tener un mayor refuerzo de personal, ya que de los trece funcionarios de más que están en servicio, al menos hasta diciembre, la mayoría están ubicados en el centro y en el resto de oficinas prácticamente se mantiene el mismo número que en otras temporadas, según Ramón Abad, edil de Administración Electrónica y OMAC.

Por esta razón se están centralizando parte de los servicios, siempre que el ciudadano no elija esperar más de quince días para ser atendido en su oficina más cercana. «La gente se va autogestionando, que es lo que buscamos. Si tienen una urgencia que vayan al centro si no quieren esperar un poco más», indica el edil. El precio entonces que tienen que pagar algunos usuarios es el de desplazarse al centro de la ciudad para realizar el trámite, como le ocurrió a José Tarí, sexagenario de Torrellano. Quería resolver papeleo sobre quemas agrícolas. Llamó a la oficina de la citada pedanía y lo derivaron al 010, el número que ha habilitado el Consistorio para pedir cita, ya que reconoce que no se aclara con las nuevas tecnologías para reservar por internet. Después de varias intentos de llamada, porque es difícil que el operador atienda al primer toque, le fijaron fecha y seis días después pudo resolver sus dudas.«Aunque no entiendo muy bien el sistema porque pierdo la mitad de la mañana desplazándome para un asunto que en dos minutos se resolvería en Torrellano, porque allí casi nunca veo cola», señala.

Para otros demandantes también resulta paradójico que se estén derivando casos al centro teniendo en cuenta que la Plaça de Baix está patas arriba desde hace un mes por la peatonalización y para acceder a la oficina hay que recorrer entre la polvareda un circuito de vallas e incluso tienes que «acreditarte» frente a unos agentes de la Policía Local para confirmar que tienes cita con el fin de prevenir aglomeraciones. Tras hacer el paseíllo hasta la puerta, el usuario espera de pie y cada ciertos minutos sale un funcionario que toma nota de los nombres y apellidos de los presentes para que por grupos vayan pasando. Aunque la mayoría son pacientes pueden producirse tensiones en la puerta si no se respetan los turnos o incluso hay usuarios que terminan cabreados porque algunas citas pueden llegar a traspapelarse y tienen que esperar a que les resuelvan el problema, contaba Jerónimo. P, que le derivaron la cita desde Altabix y sus datos no constaban.

Más flexibilidad

Desde la concejalía de la OMAC aseguran que ha bajado la presión en las oficinas a un nivel ordinario desde que se cerraron los plazos para la presentación de la ayuda del IBI o del pago del agua en junio. De igual modo, Abad reseña que hay más flexibilidad y se están poniendo facilidades, sobre todo a personas mayores, para dar la cita de forma presencial si no se aclaran o incluso se les busca un hueco para resolver las dudas.

En cuanto al número de documentos expedidos (certificados de empadronamiento, cédulas de habitabilidad...), se han remitido 69.058 desde que comenzó el estado de alarma hasta finales de septiembre, mientras que constan 23.421 registros (peticiones de ayudas, preguntas, quejas...). El total de trámites casi dobla al número de citas que se han dado, a contar desde mayo, por lo que hay también una parte de solicitantes que han podido ser atendidos sin cita.