Ni siquiera el viento que sopló ayer con virulencia en Elche, al igual que en buena parte de la provincia, frena los trabajos de peatonalización de la Corredora y la Plaça de Baix. Especialmente llamativa es la intervención que se está llevando a cabo en la plaza del Ayuntamiento, en la que las cuadrillas de operarios colocan en un trabajo de orfebrería 600.000 teselas ante la atenta mirada de los ilicitanos que pasan por el centro de la ciudad y no pierden la ocasión de fiscalizar la obra desde fuera del perímetro que se encuentra vallado.

Mientras su trabajo se juzga en directo, los operarios van colocando una a una las 600.000 piezas de dos colores -rojo Alicante y crema marfil- que le darán una nueva identidad a la principal plaza de Elche. La intervención se está haciendo a contrarreloj para cumplir con el plazo de ejecución, fijado a un mes vista exacto: el próximo 3 de noviembre. El objetivo del equipo de gobierno ha sido en todo momento que la obra esté finalizado antes de que comience la campaña de ventas navideña y que, de esta manera, los comerciantes puedan disponer de nuevos reclamos para buscar un respiro tras un año aciago por culpa de la emergencia sanitaria. Prueba de la importancia que el bipartito le concede a la campaña navideña es el incremento del presupuesto que se va a destinar a la iluminación en la ciudad.

Los responsables del proyecto de peatonalización saben que afrontan el mes en el que el trabajo es más delicado, por lo que han aumentado el número de cuadrillas. «Hay que diferenciar entre los adoquines blancos y los rojos. Los blancos son más fáciles de colocar porque forman el tablero, es un trabajo mecánico. Con los rojos es con los que se hace el dibujo de las hojas de hiedra que aparecen en las vasijas íberas encontradas en La Alcudia», explica el arquitecto Paco Fuster, al frente de la intervención en el centro de Elche.

Este dibujo con las teselas rojas busca regresar al origen de la cultura ilicitana. Para confeccionar el mosaico, se ha decidido colocar primero las piezas blancas y dejar para el final las rojas, algo que realizarán los operarios que más destreza muestran. «Está previsto que el fondo del tablero se termine en unos veinte días y para la otra parte se tardará un poco más. No queremos que corran, no pasa nada por acabar una o dos semanas más tarde porque la obra va a quedar para siempre. Es mejor hacerlo bien que rápido», añade Fuster antes de lanzar un mensaje tranquilizador para los comerciantes: «Que nadie crea que se va a ver perjudicada la campaña de Navidad, no nos vamos a ir a enero, ni mucho menos».

En paralelo al trabajo en la Plaça de Baix se está acometiendo la remodelación de la Corredora, que marcha a mejor ritmo y que se espera que esté finalizada unos veinte días antes de lo previsto. De hecho, si nada se tuerce esta semana, está previsto que la calle se abra por completo el próximo viernes, coincidiendo con la celebración del 9 de octubre y el acto institucional que acogerá el Gran Teatro. Esta semana también se harán las pruebas de iluminación de la Corredora para corregir las posibles molestias o reflejos. Si el resultado de las pruebas de iluminación es satisfactorio, se encenderán el mismo día 9 y, si no es posible, se dejará para una semana después. Eso sí, el encendido de la iluminación se hará cuando sea completo, y no por tramos.