«Llorar: es descargar la tensión retenida. Aprender: es analizar motivos y lágrimas desprendidas tras unas circunstancias. Morir poco a poco: es recrearse en la cama temiendo levantarse sin saber qué hacer». Con estos versos el historiador ilicitano Pepe Payà, que firma sus obras como J. P. Valencianos hace un guiño a los giros poéticos de Pablo Neruda para iniciar «Farándula de la vida», su nuevo poemario y quizá uno de los más íntimos en toda su trayectoria como escritor, ya que en él hace un repaso por cuarenta años a sus emociones y vínculos con todo tipo de personas que han ido pasando por su vida.

Esta publicación, de la editorial Éride de Madrid, saldrá a partir de este viernes a la venta en las principales librerías de Elche aunque la pandemia por covid-19 ha dificultado que pueda realizar una presentación oficial.

Lo cierto es que en este prólogo las vivencias suyas son palpables así como su personalidad inquieta. La primera parte cuenta con poemas, que después se han revisado, que surgieron tras el fallecimiento de Lolita, su gran amor. Después se hará referencia a aquellas mujeres que con el transcurso del tiempo conoció y hace referencias a su siguiente enlace con Maria del Carmen tras 11 años viudo. La publicación finaliza con un glosario con el centenar de poemas en los que se hace una división natural de temas, que además de sus experiencias personales también muestran la situación socio política que atraviesa el país actualmente o incluso la fe en Dios aludiendo a la infancia y a la vejez como una «feliz coincidencia».

A sus 81 años, este ilicitano amante de la cultura reseña que en «Farándula de la vida» viene a desentrañar también que muchos entienden la vida como una comedia, «y en el mundo se ve una falsedad de personas que dicen una cosa y hacen otra», asegura. Por ello, y tranquilo, el historiador asegura que siempre ha dicho lo que pensaba de todos los avatares de la vida, «aunque no siempre haya sido precisamente bueno». Aún y así, el poder expresar lo que sentía también le ha hecho ayudar a algunos amigos para que continuasen caminando, y esos pasos también se ven reflejados, así como «cantos de esperanza», o referencia al amor como quinta estación.