En el puente cuadruplicaron los ingresos hospitalarios por covid, con 28 casos.

Hemos seguido con un volumen muy alto de pacientes. Pensábamos que el repunte iba a ser algo puntual y que podríamos bajar, pero han seguido ingresando pacientes y tenemos más de 30 de forma constante. Tenemos el temor de que pueda seguir creciendo y tengamos que abrir una tercera hemiplanta.

¿Cuántos ingresos hay al día?

Estamos teniendo unos cinco de media. El puente hubo 28, pero son pacientes que llevan poco tiempo de infección y necesitan varios días hasta que avance la enfermedad y se recuperen.

¿Cuál era la media hace una semana?

Teníamos unos 10 o 12 casos a la semana, uno o dos al día, por lo que hemos triplicado los ingresos.

¿Temen volver a niveles de antes de la desescalada?

No querríamos. Nuestra idea inicial es que esto podría ocurrir pero más tarde, de una forma más progresiva. Hace dos semanas han aumentado mucho las nuevas infecciones en nuestro departamento. Al principio, muchas eran asintomáticas pero hemos tenido una media de 30 infecciones diarias. Ayer (por el jueves) tuvimos 50, y, al final, muchas de esas personas que inicialmente no tienen síntomas acaban teniéndolos y hay que ingresarlos, así que lo estábamos viendo venir.

Cincuenta positivos al día son muchos. ¿Cuántas pruebas se realizan al día en el hospital?

Se hacen muchísimas, a nivel de Primaria, hospitalario e incluso en colegios por las tardes, centros sociosanitarios y en residencias. Si te digo más de 300 seguramente me quede corta. En el hospital hay tres turnos de PCR. Antes teníamos dos turnos y ahora tenemos otro nocturno. El laboratorio trabaja las 24 horas del día y el servicio de microbiología, prácticamente, solo hace PCR.

Hemos pasado de tener brotes a transmisión comunitaria...

Sí, tenemos que empezar a asumir que cualquiera puede tener el coronavirus. Tenemos que empezar a protegernos todavía más pensando que el de al lado puede estar contagiado. El uso de las mascarillas es fundamental, y bien usada. Ni por debajo de la nariz ni en la mano. También hay que guardar las distancias de seguridad, seguir una correcta higiene de manos y relacionarnos lo menos posible.

¿Y lo hacemos, o la población se ha relajado?

Nos hemos relajado mucho. Estamos fracasando en las medidas que estamos tomando. Es verdad que la mayoría de las personas usan mascarillas pero se siguen haciendo celebraciones en todos los entornos. La gente celebra desde que se jubila hasta su cumpleaños y siguen reuniéndose, se quitan la mascarilla porque es inevitable para comer, se unen personas que no son convivientes, de diferentes entornos. Los colegios también son focos de numerosos casos; aunque se intenta que se cumplan las normas, es difícil en determinadas edades y esa acumulación de personas es un factor de riesgo. Algo falla porque tenemos muchos casos diarios. Era necesario tomar más medidas.

¿Son suficientes?

Limitar las reuniones era necesario. Si esto sigue así habría que plantearse otras opciones. En la Universidad, por ejemplo, en la Facultad de Medina es todo online, el resto de facultades podrían sumarse. También hay que prohibir y multar las celebraciones y reuniones sociales multitudinarias.

¿Las administraciones son reacias a medidas más duras?

Es cierto que a veces no queda claro hasta dónde puedes llegar con el marco legal, pero estoy segura de que se pueden encontrar soluciones e intentar adoptar medidas que puedan ser comunes a todas las zonas que tengan un nivel de contagios que no sea aceptable, y aplicar medidas que sean útiles. No sabemos qué va a pasar en un mes, viendo este ritmo. Hay que endurecer las sanciones, yo creo que son efectivas. Cuando uno tiene que pagar muchas veces, se piensa más las cosas.

Restricciones en Elche y Orihuela, estado de alarma en Madrid, medidas en Cataluña... ¿Lo miran de reojo? ¿Piensan que se pueden endurecer las medidas?

Efectivamente, pero lo que hemos hechos bien es tomar medidas ahora, que estamos mejor que ellos. Cuando las tomas estando en una situación severa, como en Madrid y en el norte, no son tan eficaces. No tenemos nada que ver con Madrid y otras comunidades, pero dentro de la Comunidad Valenciana, Elche es la ciudad que más casos tiene por cada 100.000 habitantes, tenemos el doble que el resto. Hay que volver a la media y tomar estas medidas para no acabar como Madrid.

Hay administraciones, siguiendo con el ejemplo de Madrid, que aplican estas medidas con rechazo. ¿Confunde al ciudadano que por un lado se quiera aplicar mano dura y por el otro lado se pida que se relajen las medidas?

El problema en Madrid es que ha pasado de ser una cuestión sanitaria a una cuestión política. En la Comunidad Valenciana tenemos la suerte de que no hay esa dualidad entre gobierno regional y el central. En Madrid se ha politizado y es un gran error, porque lo importante es la salud y eso está por encima de todo. Si la ola que nos está llegando nos inunda como un tsunami, nos va a tocar tomar medidas a la desesperada. Nos perjudica porque el ciudadano debe comprender y, si se explica, es fácil que entienda que hay que tomar esas medidas y colabore.