La movilidad de la población es determinante en la propagación de una enfermedad. De ahí que los expertos en Salud Pública y Medicina Preventiva adviertan de la necesidad de acompañar las medidas restrictivas adoptadas en Elche y en Orihuela con otras que impidan los desplazamientos como los que se dieron el fin de semana entre Elche y Alicante. «Las medidas restrictivas no tienen sentido si no se limita la movilidad», señala Carlos Álvarez-Dardet, catedrático de Salud Pública de la Universidad de Alicante. Aunque no se trata de llegar a extremos como el toque de queda decretado en otros países europeos, Álvarez-Dardet opina que a la hora de atajar los contagios habría que dar un mayor papel a los ayuntamientos. «Estaba claro que la gente se iba a mover. Es cuestión de adelantarse y si es necesario, cerrar carreteras».

Los psicólogos alertan de que después de tantos meses de pandemia la gente comienza a perder el miedo y percibe menos riesgo de contagio

La Consellera de Sanidad, Ana Barceló, explicó el viernes que las medidas restrictivas se adoptaban tras haber aumentado mucho los casos y haberse perdido la trazabilidad de los contagios, es decir, cuando llega un momento en el que no se sabe por qué vía se han contagiado los enfermos. El presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Rafael Ortí, explica que es conveniente saber cuál es el origen de, como mínimo, el 80% de los casos. Por debajo de esta barrera «se pierde la trazabilidad». Para este profesional, si la incidencia es alta, pero se sabe de donde proceden los contagios no sería tan necesario tomar medidas en cuanto a la movilidad. Algo que no ocurre en el caso de Elche, donde según Sanidad la incidencia es alta y se ha perdido la trazabilidad.

Para el responsable de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital General de Elche, Félix Gutiérrez, si la movilidad sigue siendo elevada entre ambas ciudades y no bajan los contagios, habría que plantearse algún tipo de restricción más fuerte, aunque confía en que las medidas decretadas tengan su efecto, «porque siempre es mejor que no hacer nada». Para Gutiérrez focalizar las medidas restrictivas en bares y restaurantes tiene sentido, «ya que no dejan de ser lugares donde las medidas de seguridad se relajan y es más fácil que haya una transmisión del virus».

El catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la UMH Jesús Vioque apuesta por una medidas más estrictas para dar prioridad a la emergencia sanitaria, aunque esto pueda provocar un perjuicio económico temporal. «Lo primero es la salud, sin ella no hay nada. No podemos estar hablando de abrir la mano con los aforos porque luego pagamos las consecuencias que provoca un mayor contacto social», asegura el director de la Unidad de Epidemiología de la Nutrición de la Universidad ilicitana. Vioque recuerda que en Madrid y diferentes países europeos se están endureciendo los confinamientos y hace hincapié en el peligro que supone la transmisión comunitaria. «Nos llevará a salir más tarde la pandemia. Sé que la situación está siendo muy dura para empleados y autónomos pero es mejor que haya un cierre total durante dos semanas para que se frenen los contagios», finaliza Vioque.

«Es mejor que haya un cierre total dos semanas para que se frenen los contagios»

JESÚS VIOQUE - CATEDRÁTICO DE SALUD PÚBLICA DE LA UMH

Sobre las causas que han llevado a que la situación de la pandemia se descontrole en estas localidades, la presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria, María Ángeles Medina, recuerda la sobrecarga de trabajo que en general soportan, a la hora de rastrear los casos, los médicos de familia y en especial los de buena parte de Elche. «No hay que olvidar que los centros de salud gestionados por el Vinalopó tienen una media de 500 tarjetas más que el resto de la ciudad y aquí los refuerzos de la conselleria han sido nulos». Para esta profesional tampoco hay que perder de vista la precariedad laboral que sufren muchos trabajadores y que hace que prefieran no declarar que están enfermos o que han estado en contacto con algún positivo por miedo a perder su trabajo. «Es algo que nos encontramos todos los días. Elche está salpicada de pequeñas fábricas, donde trabajan personas que en muchos casos no están dadas de alta. Así no se puede hacer un rastreo de los contactos laborales, por ejemplo», sostiene Medina.

«Las medidas restrictivas no tienen sentido si no se limita la movilidad»

CARLOS ÁLVAREZ-DARDET - CATEDRÁTICO DE SALUD PÚBLICA DE LA UA

También influye el hecho de que la gente comienza a relajarse. «Nos estamos habituando a la situación, lo que nos hace percibir menos riesgo», asegura la profesora del área de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la UMH Mireia Orgilés. Según la visión de la experta, la fase de temor a lo desconocido ya ha pasado con los meses que se llevan de pandemia y la sociedad empieza a ver como algo normal llevar mascarilla y mantener la distancia interpersonal. «Muchas veces pensamos que es algo que no nos puede ocurrir a nosotros y que no sucede en nuestro entorno cercano», sostiene Orgilés.

Para la profesora de la UMH estamos fallando como sociedad al no ser conscientes del «riesgo que existe realmente» y apela a la responsabilidad individual. «Reducir el coronavirus es una cuestión de todos. Por eso hay que aplicar medidas preventivas y ser solidarios", recuerda. Por último, Orgilés considera que el hecho de que la situación de pandemia se esté prolongando en el tiempo provoca «cansancio y relajación».