Ampliar o introducir el servicio a domicilio, reestructurar horarios, apostar por desayunos y comidas más que por las cenas, intentar concentrar a los empleados realizando un «horario europeo» o negociar a contrarreloj con los familiares de bodas y comuniones la distribución de los invitados en las mesas es lo que están haciendo propietarios de bares y restaurantes estos días ante las nuevas restricciones al sector en el municipio de Elche.

«Personas mayores y niños apenas vienen ya por las tardes», describe un camarero que trabaja en un establecimiento ubicado en la zona de ampliación del Sector V. «Ahora que casi habíamos vuelto a recuperar la clientela de antaño, volvemos a esta situación», lamenta, refiriéndose a las limitaciones que desde el pasado fin de semana imperan en territorio ilicitano: el consumo en el interior del local y en las terrazas no puede superar el 50 % del aforo; se consume siempre sentados en las mesas y sin poder usar las barras más que para recoger la consumición; los grupos de mesas no pueden superar las seis personas, con distancia interpersonal de 1,5 metros; y, sobre todo, cierre decretado a las 23 horas.

Reparto de comida en Columpio Bar. ANTONIO AMORÓS

¿Y que ha traído esto consigo? Pues además del enésimo malestar en la hostelería o apuntarse a la resignación, también está despertando un movimiento de adecuación, de adaptación, de buscar caminos alternativos para tratar de salvar lo mejor posible la situación. Al menos durante estas dos semanas.

En este sentido, algunos bares y cafeterías han decidido enfocarse más en desayunos, almuerzos, comidas y alguna merienda, y no malgastar esfuerzos en la tarde-noche, donde ha caído en picado la clientela.

Cierre a las 17 horas

Francisco Mora, presidente del Colectivo de Hostelería de Elche, señala que cafeterías y algunos bares sí han optado por concentrarse más en los servicios diurnos y renunciar casi por completo a las cenas. En este sentido, es fácil ver por la ciudad y las pedanías carteles anunciando el cierre a las 17 horas.

En un conocido restaurante del centro de Elche el horario de apertura ahora es de 13.15 a 16 horas de lunes a domingo y solo abre de 20 a 23 horas viernes y sábados, lo que da una idea de cómo está la cosa.

«Aunque estés abierto a las ocho de la tarde y ofrezcas cenas, la gente viene a partir de las nueve. Por lo tanto solo hay un único turno de cenas, no dos», explica Mora.

En Columpio Bar por ejemplo han optado por ampliar los días de servicio a domicilio de manera que sirven, en bici, de lunes a sábado de 19 a 23 horas. Hasta la semana pasada era de lunes a jueves. Y no descartan abrir a mediodía, algo que otros negocios de la zona también se están planteando. «Este pasado fin de semana hemos notado que viene más gente a mediodía», indican también desde este local de la calle San Agatángelo.

José Carlos López Crespo, al frente de Bar Crespo's, ha pasado de tres trabajadores a estar solo él y ya sabe que este mes tendrá pérdidas. Aún así permanece aquí unas 15 horas al día por si alguien viene a «cervecear» y aunque le anulen de golpe cinco mesas, como le ocurrió el pasado sábado. «Es una ruina por la tarde», confiesa este autónomo desde la calle capitán Baltasar Tristany, que defiende que la hostelería está ahora más higiniezada que nunca y aún así se les castiga «mientras se permiten botellones en la ciudad».