En los últimos días se ha registrado un aumento de ingresos con una media de cinco o seis casos al día. ¿Cómo están ahora?

Hoy (por ayer) se han registrado doce ingresos, hemos tenido un aluvión, pero los datos van cambiando de un día a otro, es como un diente de sierra, sube y baja. La epidemia se ha acelerado y hay una demanda en hospitalización muy notable. Estamos percibiendo que claramente está teniendo una repercusión sobre el hospital, en el sentido de que vienen más pacientes, hay que ingresarlos y aunque es verdad que hay muchos pacientes asintomáticos, también hay una proporción de casos graves.

Se ha hablado mucho de los factores que conducen a ese agravamiento. ¿Hay ya consenso, hay causas claras?

Hay factores genéticos que hacen que en algunas personas el virus se replique muy activamente y en otras, además, su sistema inmune responde de forma excesiva al virus, de una forma aberrante, que hace que sus órganos sufran lesiones que ocasionan daños graves que pueden conducir a la muerte. Afortunadamente, no ocurre en todos los pacientes, pero sí en una proporción importante como para tener un impacto y repercusión grande sobre el sistema sanitario.

¿Hay más casos en esa segunda ola que en la primera?

Ahora diagnosticamos más. En la primera ola solo vimos la punta del iceberg, los que llegaban graves, pero ahora tenemos una visión más completa de lo que pasa, herramientas diagnósticas muy mejoradas y herramientas diagnósticas más rápidas. El hospital ha mejorado notablemente los recursos que tenemos. Podemos hacer PCR las 24 horas al día, los resultados se han acortado mucho, en muy poco tiempo tenemos los resultados y en los test de antígenos, que los hemos incorporado muy pronto, tenemos resultados urgentes en menos de 15 minutos y, además, son más baratas que las PCR. Somos uno de los pocos departamentos donde se están haciendo. Otros los han comprado y no los han introducido todavía.

Y en cuanto a número de ingresos, ¿también hay más? 

En esta segunda ola llevamos ya tantos ingresos como en la primera, y aún no ha acabado. Afortunadamente, se han ido produciendo de una forma más escalonada y con unas mejoras considerables en los recursos y en la organización. Esto ha permitido gestionarlos de una manera más eficiente y se ha conseguido que, en general, el resultado sea mejor. Los pacientes han necesitado menos tiempo de ingreso y tienen menos necesidad de estrategias de vigilancia pero sigue siendo una enfermedad grave y potencialmente mortal.

¿Han mejorado los tratamientos? ¿Qué están empleando?

Al principio usábamos varios antivíricos que creíamos que algunos podrían ser eficaces, pero finalmente en el estudio de la OMS, en el que también participamos, centramos el beneficio en un fármaco, el Remdesivir, que acorta la duración de los síntomas siempre y cuando se emplee antes de que el paciente esté en una situación crítica. No funciona si el paciente está tan grave que requiere ir a la UCI, por eso es importante que se traten antes de que llegue a esa situación.

Se habló de que, precisamente por ser el más eficaz, podría haber escasez...

En el hospital no hemos tenido ningún problema de abastecimiento. Todos los pacientes de la segunda ola que lo han necesitado lo han recibido, y en la primera ola también pudimos acceder a algunos tratamientos. En cuanto al tratamiento, también es importante señalar que muchos de los casos graves no son por efecto directo del virus, sino por la sobre-respuesta inmune del organismo que hace que se produzcan daños en los órganos. Ahí también hemos visto que si además de los antivíricos se administra de forma precoz fármacos inmunomoduladores, que frenan la respuesta del huésped, mejora el pronóstico y baja la mortalidad. Estos grupos de fármacos también los probamos en la primera ola y posiblemente sea una de las razones por las que las muertes en el hospital estén por debajo de otros hospitales.

Llevan ya dos plantas abiertas para pacientes covid y dice que el número de ingresos ya supera la primera ola. ¿Se acerca el colapso?

Es cierto que hay temor a que nos veamos desbordados, y en este caso podríamos tener problemas. En todos los sitios. En la Comunidad Valenciana no estamos tan mal como en otros hospitales españoles pero en este en particular, en Elche, estamos en una situación muy preocupante y que se va agravando a medida que pasa el tiempo. El hospital sigue funcionando con relativa normalidad, y asumiendo la carga covid.

La Comunidad se ha cerrado perimetralmente. ¿Para Elche son acertadas las restricciones que se han adoptado?

Siempre se puede ser más restrictivos, pero quiero apelar a la responsabilidad individual. No hay que esperar a que las administraciones tomen medidas para que la población se conciencie y aplique un autoconfinamiento. Hay que limitar las quedadas sociales, usar las mascarillas, ajustarlas adecuadamente, quitárselas solo para comer... Eso es lo más importante. 

¿Y la gente lo está haciendo?

Tenemos que concienciarnos todos, no ya para llegar a Navidad, sino para llegar a las próximas semanas porque si no, al final, vamos a tener que confinarnos todos y aplicar medidas más severa. Cualquiera puede tener el virus de forma asintomática. Las autoridades irán escalando las medidas si no somos capaces de frenar esto de forma individual.