Incredulidad, rabia, sorpresa pero sobre todo dolor. Funcionarios de la Administración de Justicia, magistrados y secretarios, fiscales, forenses, abogados y procuradores han parado hoy un largo minuto en recuerdo de Alicia, la funcionaria del juzgado de Primera Instancia 8 que fue estrangulada el pasado viernes en La Hoya, a pocos metros de la vivienda que compartía con su madre. El crimen, a esta hora, está impune y en él trabaja la Comisaría de Elche de forma incansable siguiendo innumerables pistas. "Es horrible, no nos explicamos. Solo puedo decir que estamos destrozados y que la queríamos mucho porque Alicia era una persona muy especial", relataba una de sus compañeras del juzgado, compungida. Lo último que imaginaban cuando se despidieron de ella el viernes, era que sería la última vez que la verían. "No nos lo podemos creer, solo esperamos que la investigación sea rápida y que se aclare pronto lo sucedido", añadían esta mañana sus compañeras.

El acto ha tenido lugar a las puertas de la Ciudad de la Justicia, donde Alicia trabajaba desde hace cerca de tres lustros, recordaban hoy sus compañeros, que señalaban que también estuvo en otros tribunales de la provincia. Como interina pasó por muchos de los juzgados hasta que hace unos meses aprobó el examen de tramitadora, que estaba pendiente de obtener la plaza. El magistrado del Juzgado de Primera Instancia 8, Agustín Valero, ha señalado que "lamentamos profundamente su fallecimiento en estas extrañas circunstancias. El dolor que sienten todos los compañeros, quienes trabajaban cada día codo con codo con ella es enorme. Poco más de lo obvio podemos decir, tenemos un profundo dolor". Ese dolor era visible hoy en la cara de muchos de sus compañeros y compañeras, que no han podido contener la emoción cuando ese minuto de silencio se ha roto para dar un sonoro aplauso en su memoria.

Alicia tenía 45 años y, según descubrió la autopsia, su muerte se produjo por asfixia mecánica. El ataque fue por la espalda y murió en una acequia de riego. El cadáver fue descubierto el viernes por la noche por un vecino que dio aviso a la Policía. Todas las hipótesis están abiertas en estos momentos pero los investigadores creen que no fue un hecho premeditado.

La investigación se abrió como un caso de violencia de género, siguiendo el protocolo para estos casos pese a no tener pareja ni existir denuncias. La Comisaría, de este modo, ponía al mayor número de efectivos en este trabajo. La joven había salido a pasear con su perro, un animal que había recogido y con el que daba paseos por el extrarradio de la pedanía ilicitana. Junto a unos limoneros y un canal de agua encontró la muerte.