La Conselleria de Sanidad confina a los escolares que estuvieron en un radio de dos asientos de al menos dos estudiantes positivos de covid-19 del colegio Vicenta Ruso de Gran Alacant. Aunque este es el protocolo que se marca la administración autonómica, difiere del que se ha empleado en otros casos como en Hondones-Aspe, donde se estableció hace unos días la cuarentena para todos los ocupantes del autobús, incluidos monitores y conductores, tras dar positivo cuatro estudiantes que hacían uso del transporte escolar. Los progenitores de este centro del barrio santapolero aseguran que dos aulas, una de tercero y otra de quinto de Primaria tienen que hacer la cuarentena, según les notificó el martes el centro tras recibir instrucciones de Salud Pública, según la versión de los padres y madres consultados, teniendo en cuenta que la dirección del centro no ha querido confirmar ni desmentir ambos casos. Ante esta situación hay cierto desconcierto ya que algunos progenitores de otros niveles educativos aseguran que desconocen si sus hijos tendrán que aislarse por diez días al haber estado en el mismo autobús que los estudiantes que contrajeron el virus.

Aunque en el aula los pasos a seguir ante un caso positivo están más claros, cuando los alumnos salen de las cuatro paredes del centro escolar y se suben al autobús las medidas no terminan de asimilarse, y muchos no saben que sólo se considera contacto estrecho si la persona afectada ha estado en un radio de dos asientos durante quince minutos como mínimo. Este protocolo sería similar al que se tomaría ante un caso confirmado en el comedor, donde las persona que haya estado en el mismo lugar y a una distancia menor de 2 metros durante más de 15 minutos tendría que aislarse y someterse a una PCR. No ha trascendido cuantos usuarios del autobús tendrán que confinarse y si también tendrá que hacerlo personal que estuviese cerca de los alumnos afectados.

Larga espera

Padres y madres del colegio Vicenta Ruso reprochan que desde que les notificaron que había casos confirmados, el pasado martes, todavía no han recibido la cita para someterse a la prueba PCR, al menos al cierre de esta edición. Para los familiares esta espera dificulta el control del virus. Sostienen que están acudiendo a diario a su puesto de trabajo porque desconocen si sus hijos son positivos, por lo que temen que puedan estar contagiando a más personas y abriendo más el círculo.