El proyecto, que carece de momento de fondos -los ecologistas aseguran que en los nuevos Presupuestos del Gobierno central para 2021 se incluiría una partida precisamente para la renaturalización de ríos a su paso por tramos urbanos, y que por tanto el Ayuntamiento ilicitano podría concurrir a esas posibles subvenciones- costaría cerca de 1,5 millones y, según sus impulsores, generaría grandes beneficios sociales además de medioambientales.
La edil de Medio Ambiente, Esther Díez, asegura que todavía no les ha llegado el proyecto, ni saben qué planificación incorpora o cuantía, pero que en su concejalía lo van a estudiar, además de añadir que renaturalizar el río «tiene todo el sentido».
Santiago Martín Barajas y Adolfo Quiles, este martes en la presentación del plan para el río. Antonio Amorós
El «Plan para la naturalización y restauración ambiental del río Vinalopó a su paso por Elche» es un documento elaborado por el equipo técnico del área de Agua de Ecologistas en Acción en colaboración con el propio colectivo ecologista ilicitano.
La iniciativa, que pretende dotar a este tramo del río de una mayor calidad ecológica y paisajística, es una propuesta técnica de recuperación ecológica del río, pero también de revalorización social del mismo, dado que recuperaría una imagen más natural y adecuada para el disfrute ciudadano.
Santiago Martín Barajas, coordinador del área de Agua de Ecologistes en Acció, señalaba este martes que en el río Manzanares se ha llevado a cabo una acción similar y que en cuatro años ha pasado de ser un tramo que nadie miraba a, ahora, atraer a cientos de visitantes. «En cuatro años se han identificado unas 90 especies silvestres e incluso hay nutrias», ha apuntado como ejemplo Martín Barajas, que califica como «lamentable» la imagen del río a su paso por Elche además de tacharlo de «cajón de hormigón»
El plan en sí contempla la eliminación del lecho de hormigón, para disponer franjas de vegetación de ribera en la zona del cauce. Esta vegetación mejoraría la función de corredor fluvial del río para fauna y flora, función actualmente muy mermada, y contribuiría a la laminación de sus crecidas, atenuando las negativas consecuencias de dichas crecidas aguas abajo de la ciudad. La propuesta se llevaría a cabo en tres fases y se prevé un periodo de ejecución total de entre cinco y siete años, además de considerar que puede encajar perfectamente con la regeneración de la cuenca del Vinalopó que defiende la Conselleria de Medio Ambiente.
Adolfo Quiles, en nombre de Margalló, también considera que dejar «un río hormigonado y desnaturalizado es una incongruencia», sobre todo tras anunciar el Ayuntamiento la creación de un sendero en la parte sur.