El ilicitano Javier Botella Ruiz (30 años) acaba de convertirse en el primer español en ganar el «Premio Joven Investigador» coincidiendo con el XXV Congreso Europeo de Ciencias del Deporte (ECSS), el más prestigioso a nivel europeo y de los más reconocidos a nivel mundial. Tras graduarse en la Universidad Miguel Hernández en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, y realizar un máster de Fisiología del Deporte en la Universidad de Jyväskylä (Finlandia), fue a parar a la Universidad Victoria de Melbourne (Australia), donde acaba de finalizar un doctorado de cuatro años. ¿Qué ocurre en el músculo, a nivel molecular, que hace que el ejercicio sea tan bueno para nuestra salud? Pues eso trata de aclarar la investigación de Botella Ruiz, quien desde tierras australianas reivindica no solo una mayor inversión en ciencia en España para evitar la fuga de cerebros, sino también de cara a haber podido estar más preparados ante el covid.

Australia es uno de los países que mejor está controlando el covid. ¿Cómo se está viviendo allí la pandemia?

Australia es una isla que ha sabido muy bien cerrar sus fronteras desde febrero y controlar el virus. Melbourne es también una ciudad donde se invierte mucho en investigación y esto ha hecho que la capacidad de hacer tests sea muy alta: unos 20.000 diarios, y en todo momento gratuitos para todos los ciudadanos. Además, todas las decisiones han sido tomadas en conjunto con un equipo científico.

¿Y cómo se ve a España y su control o descontrol de la pandemia desde Melbourne?

Aquí no se habla mucho de España, pero sí de otros países como Reino Unido o Italia. Personalmente creo que en Europa es muy difícil controlarlo, especialmente debido a la densidad de población en las grandes ciudades, y eso conlleva que dependa de que la gente cumpla o no las normas. Y aun así se puede descontrolar. También creo que no han hecho nada para intentar facilitar y mejorar la capacidad de hacer tests, lo que hace que sea muy difícil poder seguir el rastro del virus. De nuevo volvemos a la inversión en ciencia biomédica como aspecto clave.

¿Invertir en ciencia y tener ciudadanos bien formados, informados y concienciados es la mejor arma contra el covid?

Una mayor inversión en ciencia hubiese permitido estar más preparados para testear, ya que el test en sí es muy fácil de realizar, poder aislar los casos y desarrollar tratamientos. También, un papel más importante de los científicos durante esta pandemia hubiese permitido a la población estar mejor informada de aspectos clave como: dónde se puede contagiar, cuáles son los síntomas, la información que dan los dos test... Sin duda nuestro país tiene una deuda muy grande con la ciencia, y los ilicitanos somos buen ejemplo de ello con el poco apoyo que se le dio al descubrimiento de nuestro paisano Francis Mojica, que hoy está revolucionando la biología.

¿Sobre qué versan sus investigaciones?

Dado que el ejercicio es el tratamiento más efectivo para prevenir muchas enfermedades, el objetivo de mis últimos trabajos es entender qué ocurre en el músculo, a nivel molecular, qué hace que el ejercicio sea tan bueno para nuestra salud, e investigar cómo se adapta el músculo a distintos tipos de ejercicio. Creo que es una investigación importante para que los licenciados en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte podamos algún día trabajar junto a otros profesionales sanitarios para prescribir el ejercicio e individualizarlo a cada persona.

¿Qué puertas abre esto?

Abre principalmente dos vías. La primera es la prescripción del ejercicio basada en evidencia científica, ya que entenderemos mejor qué ocurre a nivel biológico-molecular durante diferentes ejercicios y podremos ajustar el estímulo acorde con las necesidades de la persona. Lo segundo es poder identificar los mecanismos por los que el ejercicio mejora la salud y así poder crear un fármaco que consiga dotar de estos beneficios a la población que sea incapaz de realizar ejercicio.

Una carrera de cuatro años en la UMH, un máster de dos en Finlandia, un doctorado de cuatro en Australia...

¡Muchos años, sí! Yo, el doctorado lo veo como trabajar de investigador, aunque en una fase más de aprendizaje y dejándote cometer errores. Creo que sin duda merece la pena si es algo que te apasiona y te motiva. Yo, además, he tenido el privilegio de recorrer medio mundo a la vez.

¿Tienen algo que envidiar las universidades españolas a las finesas o australianas?

En cuanto a talento humano, no. También pienso que, a nivel educativo, algunas universidades españolas son incluso mejores. Sin embargo, en las universidades finesas o australianas apoyan a los investigadores para que puedan realizar, además, un buen trabajo científico, que es lo que falta en España.

¿Y no es una lástima que un potencial como el suyo sea aprovechado y reconocido en otros países más que en el suyo?

Sin duda. Sobre todo sería una lástima si en un futuro no tengo la opción de volver, ya que será la fase donde todo mi trabajo dé sus mejores frutos.

¿Por qué es importante el premio que acaba de recibir?

El Congreso Europeo de Ciencias del Deporte (ECSS) es el más prestigioso a nivel europeo y de los más reconocidos a nivel mundial. El «Young Investigator Award» es un premio muy competitivo que abarca todo tipo de investigación en Ciencias del Deporte. De las 25 ediciones que lleva el congreso, he sido el primer español en conseguir la primera posición, y ha sido importante para resaltar el talento español.