Muchos factores pueden marcar la entrada a la Navidad y entre ellos se encuentran el frío de diciembre, las calles especialmente iluminadas y los dulces navideños de Las Clarisas, que desde el pasado viernes y durante el puente de la Constitución, hasta el próximo martes, 8 de diciembre, se estarán vendiendo en el antiguo monasterio de La Merced en pleno centro de la ciudad. Para muchos fieles es ya una tradición adquirir estos dulces elaborados desde hace semanas con mucho esmero por las monjas de Las Clarisas y además de los típicos mazapanes, mantecados, almendrados o pestiños, este año se ha ampliado la selección de dulces con delicias de Santa Clara, rollos manchegos, bizcochos de almendra o incluso vino de misa avalado por el obispado para celebrar la Nochebuena.

«El producto es bueno, 100% natural. Lo elaboran las hermanas sin conservantes y la harina es virgen, la misma con la que se hacen las formas», asegura María José Molina, una de las doce voluntarias de la Asociación Damas de Santa Clara que se dedican a ayudar a las monjas y representarlas fuera del convento, ya que al ser de clausura no pueden salir al exterior a trasladar las cajas con dulces hasta el antiguo inmueble que ocupaban en el centro de la ciudad. Esta vez las voluntarias atienden en la entrada al centro cultural como protocolo frente al covid-19 para garantizar la ventilación. Para evitar aglomeraciones, también se ha habilitado el teléfono 641.746.504 para hacer pedidos y recogerlos a la hora acordada sin hacer colas, mientras que se están promoviendo estos productos también por las redes sociales para llegar a más público. Maite Antón, una de las compradoras, asume que ya es una tradición. «Las pastas están buenísimas y las hermanas ayudan mucho, se lo merecen», asegura esta ilicitana. Tal y como explican las voluntarias, la tradición que ya comenzó hace un lustro para celebrar los 500 años de la llegada de las hermanas Clarisas a Elche. Desde entonces los beneficios obtenidos con la venta de dulces se han destinado a diferentes fines solidarios como apoyar a Cáritas en la anterior edición.

Esperan que este año se mantenga la venta y aunque aún no están definidas las acciones, plantean que parte de la ayuda pueda ir para cubrir las propias necesidades en el convento, ya que la iglesia ha estado cerrada durante meses por la pandemia y no han podido vender formas al no haber misa o arreglar elementos deteriorados.