El primer negocio que se abrirá en la Corredora peatonal de Elche será una cafetería. Ocupará uno de los veinte locales que hay cerrados en toda la calle y sus propietarios quieren levantar la persiana, si llegan a tiempo, para estas mismas Navidades.

Las obras ya han comenzado para poner a punto el nuevo establecimiento ubicado frente a la Glorieta, de 80 metros cuadrados, donde hasta este año se ubicaba una tienda de telefonía móvil.

El proyecto empezó a gestarse hace apenas un mes, cuando los trabajos de peatonalización habían finalizado y la Corredora comenzó a atraer a numerosos ciudadanos.

Sus dueños, que ya tienen otra cafetería abierta en la calle Hospital, han decidido apostar por la renovada calle y, a priori, pretenden compatibilizar los dos locales.

Otra de sus intenciones es abrir una terraza en la Corredora, aunque todavía no está claro cuántos metros podrá ocupar y cómo. El Ayuntamiento anunció en octubre que está trabajando en la elaboración de una normativa específica que unifique la estética del mobiliario que se instale en el centro de la ciudad para que guarde una sintonía, como ya sucede en otras ciudades españolas.

Los propietarios pretenden abrir una terraza pero el Ayuntamiento tendrá que definir cómo

Por el momento y hasta que se resuelva, los dueños de la cafetería comenzarán dando servicio en el interior del local, donde hay espacio para doce mesas, además de bancos y sofás.

La hostelería es el sector que primero se ha interesado por la Corredora incluso cuando estaban las máquinas trabajando para suprimir el tráfico rodado. Ya lo señaló el equipo de gobierno hace unos meses y esta próxima apertura viene a confirmarlo. De hecho, es la tendencia que se ha seguido en el centro en los últimos años. Se han abierto más bares y cafeterías que tiendas.

La situación inquieta a la Asociación de Comerciantes del Centro de Elche. Su presidente, Jaime Javaloyes, aseguró estar al tanto del creciente interés por abrir negocios de hostelería en la Corredora y en su entorno y apuntó a la necesidad de buscar un «equilibrio» con el comercio.

Otra de las realidades de la que también se está percatando la asociación es que todas las semanas se están abriendo locales de la céntrica calle para enseñar a gente interesada en abrir nuevos negocios. Eso y la creciente afluencia de ciudadanos que pasean por la Corredora está dando esperanzas a los comerciantes de mejora después de años de decadencia del casco histórico, donde hay al menos 70 locales cerrados, entre ellos el de Zara, que es uno de los que más ha pesado.

Buenas expectativas hay, aunque aseguran que todavía es pronto para hablar de una reactivación y más aún con la pandemia y con la incertidumbre económica que se abre paso.