La superpoblación de palomas que asegura el Ayuntamiento de Elche haber detectado en los dos últimos años va a tener consecuencias. Una de ellas va a ser la alimentación de las aves con pienso anticonceptivo. La otra, una campaña para recordar a la gente de que darles de comer en la vía pública está prohibido, salvo en un único rincón de la ciudad, en el Parque Municipal. De hecho, las multas por los que se saltan la ordenanza van desde los 30 a los 600 euros.
El objetivo que se ha marcado la Concejalía de Sanidad, dirigida por Mariola Galiana, es reducir a la mitad la cantidad de palomas en los próximos años, pues sus excrementos están ocasionando problemas en el casco urbano y en otros puntos del municipio. Es el caso de El Altet, donde reconocen haber tenido que aumentar el control en los últimos meses sobre estas aves tras haber detectado también un aumento de las mismas con el consiguiente riesgo que supone para el aeropuerto. Es por eso por lo que van a utilizar una nueva técnica en Elche para alimentarlas que incorpore sustancias esterilizantes para evitar que se sigan reproduciendo. Ciudades como Barcelona ya la usan.
«Se descontrolan»
«Hemos notado un incremento de palomas y queremos disminuir paulatinamente, siempre velando por el bienestar animal, la población de estas aves porque si se descontrola pueden generar muchos inconvenientes de insalubridad», asegura la concejal del área.
Y ese aumento de ejemplares se debe precisamente, según el Ayuntamiento, a que cada vez más gente está dándoles de comer y en más puntos de la ciudad. Otra de las razones de tener una mayor presencia de esta especie es el calor y el agua. Sin embargo, introducir el pienso anticonceptivo a las palomas no resulta una tarea sencilla. Tanto es así que durante todo este año, la empresa que se encarga del control de las palomas, CTL, ha instalado tres palomares barrera con el fin de atraer a las aves hasta zonas estratégicas del municipio (dos están en el núcleo urbano y otra en las afueras) para poder darles de comer. A partir de ahora, una vez acostumbradas al sitio donde tienen que ser alimentadas, recibirán el pienso anticonceptivo. El Ayuntamiento contará incluso con la ayuda de la asociación de colombicultura para nutrir a las palomas.
Edificios del casco antiguo, como por ejemplo en el Ayuntamiento, la basílica de Santa María y el palacio de Altamira son los lugares más castigados por los excrementos de estos animales. Tampoco se salvan plazas como la de l’Algeps o la calle Reina Victoria donde la Concejalía de Sanidad ha detectado a gente echándoles comida, lo que ha acabado ocasionando grandes concentraciones de ejemplares.
Por eso, el Consistorio ha decidido empezar a colocar carteles en los puntos más conflictivos para concienciar a la gente de lo que no se puede hacer para evitar que se sigan multiplicando las palomas ilicitanas.
