El sector de la hostelería es uno de los que más ha sufrido la crisis desatada por el coronavirus. El argentino Norberto Leoncelli, propietario del bar La Cañada de la pedanía ilicitana de El Altet, pensaba durante la mañana de ayer que se encontraba a pocos días de finalizar uno de los peores años de su vida mientras limpiaba su local para dejarlo cerrado los próximos quince días por descanso navideño. En ese instante, sobre las 13 horas, no tenía en mente el sorteo de la Lotería de Navidad que se estaba celebrando en ese mismo momento. No fue consciente hasta que vio aparecer por el local a los primeros clientes radiantes de felicidad de que había traído la suerte a El Altet y había endulzado el final de un año que había sido especialmente amargo.

Y es que entre el bar La Cañada y la administración número 25 de la pedanía ilicitana, Susi, repartieron ayer once series de uno de los quintos premios (43831). En total se han vendido 110 décimos que han permitido el reparto entre los afortunados de 660.000 euros. Cuando ya no se esperaba que la fortuna sonriera en El Altet, uno de los últimos premios que salió del bombo ha dejado un importante pellizco económico entre sus vecinos.

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«Para nosotros es muy especial repartir un premio tras el año tan duro que hemos vivido todos. Es la primera vez que nos toca aquí la Lotería de Navidad», explicaba poco después de conocerse la buena noticia una de las responsables de la administración, Ana Javaloyes, mientras que los primeros afortunados empezaban a hacer acto de presencia en el establecimiento de El Altet.

80 de 110 décimos

«Siento una alegría enorme», relataba con emoción el propietario del bar La Cañada, en el que se han vendido 80 de los 110 décimos que han ido a parar a los vecinos de la pedanía ilicitana, todos ellos consignados en la administración número 25. «Los décimos los hemos vendido entre nuestros clientes y los compañeros de los establecimientos cercanos. Calculó que del bar han salido más de 500.000 euros y todos son para gente trabajadora del pueblo, es muy emocionante», añadía un Leoncelli que, más que felicidad por el décimo que se había reservado para él, sentía orgullo por los billetes premiados que había vendido entre su clientela y que supondrán un importante respiro económico tras un duro año, en el que el coronavirus está teniendo mucha incidencia en su sector de la hostelería.

La alegría era compartida en la administración Susi, en cuya ventanilla se han vendido, aproximadamente, los otros 30 décimos premiados de El Altet. A este establecimiento también se acercaron durante la jornada de ayer muchos vecinos de la pedanía a celebrar en compañía su buena fortuna. «Es un número fijo que jugamos en esta administración y se ha repartido mucho por El Altet porque prácticamente todos los billetes se han vendido de uno en uno. Ya no esperábamos el premio porque ha salido muy tarde», declaraba otro de los responsables del negocio, Loren Soler.