Jornada de contrastes ayer martes en Elche coincidiendo con el festivo local. Por una parte, el pequeño comercio cerró en la ciudad. Las persianas bajadas y la falta de animación navideña convertían a algunos ejes comerciales del casco urbano en casi fantasmagóricos, al menos en torno a las diez de la mañana. Muy poca gente en definitiva. Eso, unido al frío y al viento, llevó a muchos ilicitanos a no animarse, al menos en las primeras horas, a dejarse ver por las calles.

En cambio, los centros comerciales que son referencia en el municipio ilicitano, como El Corte Inglés de Elche y L’Aljub, empezaban a acoger a más y más gente por la mañana.

La mayoría acudía a realizar nuevas compras navideñas, coger nuevas ideas para el regalo de Reyes, y también con el fin de aprovisionarse de cara a esta Nochevieja y el fin de semana.

En ambos centros comerciales la afluencia de público fue continua, con un ir y venir de posibles compradores mirando escaparates, tocando algo de género, preguntando en mostradores o haciendo cola, con la distancia de seguridad recomendada, para pagar. Mientras por la mañana, ambos espacios de compras asumían un buen volumen de visitas, en el centro solo se quedaban los que querían dar un paseo, tomar un aperitivo, hacer algo de deporte o sacar las bicicletas con los niños. Muchos se sorprendían que las tiendas estuvieran cerradas.

También la mañana fue un momento adecuado para acudir a los mercadillos no sedentarios, como por ejemplo el de Puertas Coloradas, el de Palmerales e, incluso en las pedanías, el de La Marina. Frutas, hortalizas y dulces navideños fueron los productos más demandados, todo ello preservándose las medidas de seguridad tanto por parte de los vendedores como de los clientes.

Ya por la tarde, el Centro Comercial Ciutat d’Elx y L’Aljub volvían a recargarse de clientela, en parte también buscando un resguardo contra el frío o como punto de encuentro para ver a algunas amistades. El festivo animaba el consumo en estos puntos ya que las tiendas en la ciudad definitivamente estaba cerradas para los que todavía no se habían enterado.

El último punto de contraste llegaba al caer la noche, con un gran volumen de transeúntes en las calles del centro a fin de dar un paseo en las últimas horas de esta festividad de la Venida de la Virgen.