El Regimiento NBQ «Valencia» número 1, especializado en «guerra biológica», con sede en la Capital del Turia, se encargará el próximo lunes de la desinfección de la residencia de Altabix, en Elche, donde se declaró un brote con al menos 24 contagiados (27 según el grupo municipal de Vox) esta semana. Los familiares de los más de 100 residentes esperaban que la labor comenzara ayer pues ese era el compromiso inicial que tenían del propio alcalde, Carlos González, quien el jueves aseguró que el trabajo comenzaría «de forma inmediata» y por la Unidad Militar de Emergencias (UME) en un comunicado municipal. El malestar de los familiares era ayer evidente pues los primeros ocho casos entre usuarios se detectaron el 29 de diciembre y el día 4 de enero se realizaron las pruebas a los trabajadores y salieron 15 positivos más, entre ellos, el de otro residente, según la Asociación por los Derechos y el Bienestar de los Ancianos en Residencias. Es decir, hasta el día 11 no se dará solución a un problema que se conoce desde finales de año.

El motivo, que el alcalde no aclaró ayer en una comparecencia en la que aseguró que la situación está «normalizada» y «encauzada», tras entrevistarse telefónicamente con el director de la residencia, es que la desinfección que se va a realizar no es la habitual, con una base de lejía, como ya hizo precisamente la UME en Elche a comienzos de la pandemia y en pleno confinamiento. El Regimiento NBQ trabaja con un producto contra el virus cuya base es mucho más potente que este desinfectante habitual en cualquier casa. De ahí supuestamente el retraso para prepararlo todo.

Los familiares no sólo se mostraron molestos por el hecho del retraso sino tras saber que para el alcalde y el director la situación está normalizada. «Nosotros pedimos la UME el día 5 y se está dilatando mucho en el tiempo, pero solo nos queda que aceptarlo porque son los tiempos que ellos están marcando, pero cada hora cuenta y estamos muy preocupados. No consideramos que todo esté encauzado porque ahora la única desinfección es la de las limpiadoras que no están de baja». 

Además, según la Asociación, el director de la residencia no sabe aún cuándo Salud Pública les va a repetir las PCR a los usuarios. «Estamos muy escasos de personal, sin enfermeros ni médico, no se está invirtiendo el tiempo, los recursos y el personal que se necesita, pero seguimos peleando. No se ha puesto en contacto con nosotros nadie de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas y nosotros sí nos hemos puesto en contacto con ellos. Esperamos que respiren y nos digan el plan de actuación porque la situación lo requiere».

La concejala Esther Díez, de Compromís, aseguró ayer sobre la situación de esta residencia, para la cual el Síndic de Greuges ha pedido el rescate, que la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, que dirige su compañera de partido, Mónica Oltra, le ha solicitado a la institución que le explique qué fórmula legal plantea para ello. El regidor, en la misma comparecencia, admitió que desde noviembre, cuando el Síndic emitió un informe en contra de la situación de la residencia, que es pública pero gestionada por una concesión, no ha hablado con la consellera de Igualdad, pese a que públicamente le ha solicitado que le dé una solución, aunque sí lo ha hecho con cargos del departamento. Carlos González tampoco ha obtenido de la Conselleria de Sanidad, que dirige su compañera de partido, Ana Barceló, explicación alguna sobre la demora de seis días que hubo a la hora de hacer los PCR a los usuarios y a los trabajadores. Según la Asociación, la residencia sigue abierta porque los trabajadores «sanos» están doblando turnos y llevan días sin descansar y «enfermeras para cubrir las bajas, no encuentran por ninguna parte».

Brote «controlado» en un centro de Redován para discapacitados

Sanidad ha suspendido la vacunación de un centenar de internos y trabajadores en el centro de discapacitados de Redován al detectarse un brote. Fuentes cercanas al centro indicaron que está controlado, «sin muchos contagios» y detectado entre los trabajadores. La instalación alberga un geriátrico y un centro para personas con enfermedad mental y discapacidad pero que funcionan de forma independiente. De hecho, una de las residentes, una anciana de 102 años, fue la primera vecina de la Vega Baja en recibir la vacuna contra el covid.