El Ejército abandonaba este martes a primeras horas de la tarde la residencia de la tercera edad de Altabix de Elche casi al mismo tiempo que Sanidad empezaba a realizar pruebas PCR a los trabajadores y usuarios en este centro, donde al menos se han contabilizado 42 casos positivos de covid.

Los militares, que calculaban en principio dos jornadas completas de trabajo, e incluso una tercera, finalmente han acometido sus labores de desinfección en menos de día y medio. A la par, Sanidad Pública comenzaba a llamar y realizar las pruebas al personal laboral, medio centenar aproximadamente, y a los residentes, 106, una tarea que los empleados confían en que se complete en su totalidad este miércoles y que familiares de los residentes venían exigiendo desde hace varios días y además de forma previa a la llegada del Ejército.

No obstante, pese a estos avances, el malestar no remite ni de lejos. Fuentes de los trabajadores aseguraron ayer a este medio que los militares, en concreto los 11 efectivos del regimiento de Defensa Nuclear, Biológica y Química (NBQ) que han trabajado aquí contra el covid, abandonaron la residencia «muy cabreados por la falta de personal y organización» del propio centro. Pero es más, familiares y empleados advierten que el trabajo de los militares, el cual agradecen, viene a ser «otro parche más». Y es que consideran que limitarse a desinfectar solo las habitaciones donde se han registrado casos covid, así como el office y la zona de lencería es totalmente insuficiente. Trabajadores no critican a los militares, sino a quien haya dado la orden de desinfectar solo las zonas covid y no todas las instalaciones, ya que consideran que el virus puede continuar perfectamente en este complejo. Los familiares también se mostraron muy agradecidos al Ejército, pero exigieron muchísimo más personal sanitario en el centro.

Por ejemplo, el lunes, según los trabadores, había menos de la mitad de auxiliares de enfermería que obligatoriamente debe haber para atender a los residentes. Tres auxiliares tienen que atender a 30 pacientes, y además con el problema añadido del covid, que demora más todos trabajos. A juicio de empleados y familiares la carga de trabajo así es inasumible, no se puede llegar a las necesidades de todos los usuarios de esta residencia.

Al menos los trabajadores se vieron gratamente sorprendidos ayer con la llegada de distintos lotes material de distinta procedencia. Así por ejemplo, por la mañana el Colegio de Médicos hizo llegar un lote de mascarillas FFP2 y, al parecer, Sanidad Pública también mejoró las existencias de equipos de protección individual. Por si fuera poco, Vox también donaba por la tarde unas 320 batas. El personal viene quejándose desde hace demasiado tiempo de que no tenían batas suficientes y que tenían que reutilizar las que tenían tras empaparlas en alcohol para atender a los pacientes.

Mientras tanto, las voces para que la Conselleria de Sanidad tome el control absoluto de esta residencia no cesan. Este diario intentó, un día más, hablar con la dirección de este centro de Elche y con los responsables de la empresa concesionaria con sede en València, sin éxito. Y es que la falta de personal, el mal estado del centro en general o la imposibilidad de los familiares de comunicarse con sus seres queridos al menos telemáticamente son quejas continuas desde hace meses, sin que nadie parezca mover un dedo para revertir la situación.