Una extraña mezcla de resignación, indignación y preocupación se da cita estos últimos días a las puertas de algunas Urgencias hospitalarias, centros de salud, consultorios y sobre todo en los puntos de atención sanitaria (PAS) de la provincia, la más de las veces cuando empieza a anochecer o coincidiendo que han cerrado los servicios de Atención Primaria. Está empezando a ser cada vez más frecuente ver otra vez colas desordenadas de gente que, preocupada, acude a estos servicios con sospecha de padecer covid y que se encuentra con que, para no propagar más posibles contagios, reciben la orden de aguardar en el exterior, en algunos casos sin ni siquiera techado para resguardarse del frío o la lluvia. Así esperan para poder ser atendidos. En Elche, donde los casos han aumentado de forma exponencial, aún más.

Esto está llamando la atención no solo a los propios pacientes, sino a los sanitarios que los atienden y que no consideran normal que usuarios de la sanidad pública tengan que esperar en el exterior, con bajas temperaturas y sin sitios para sentarse, durante, en ocasiones, largas horas, independientemente de si se trata de una persona de avanzada edad o un menor. En este sentido, algunos de los afectados proponen que se dispongan carpas improvisadas o algún tipo de montaje para que las personas puedan al menos resguardarse cuando la noche y el frío más intensos son.

Pero al parecer, lo de esperar fuera con paciencia y bien abrigados es la única solución que, de momento, hay para que los posibles covid, incluidos los que tienen cita para una PCR, no se junten con el resto de pacientes no covid.

«Yo tenía fecha y hora y tuve que esperar desde las 18.50 hasta las 21 horas», señalaba una usuaria del centro de salud de José María Pemán de Elche. «El pasado jueves, con 6 grados, eran las 19.45 horas. Yo tenía cita a las 17.30 aproximadamente. Nadie entraba en la sala de espera, todos fuera. Había personas muy mayores esperando de pie más de tres horas, algunos seguro que con fiebre....y otros seguro con covid. No hay derecho», relataba otro paciente.

El caso es que la situación es desbordante en todos los sentidos. No hay sitio para todos, no hay espacio suficiente a cubierto y, además, por las normas de distanciamiento, no se debe mantener a muchas personas concentradas en un espacio cerrado. Y así es como se genera malestar tanto entre parte del personal sanitario, que es el que recibe en primera persona la indignación de los usuarios, como de los pacientes, que llegan a considerar estas situaciones tercermundistas. En los PAS de El Toscar y Altabix, en Elche, se podía ver este martes por la tarde, nuevamente, a personas aguardando a las puertas, una imagen que también se pudo observar a finales de la semana pasada, incluido en Urgencias del Hospital General ilicitano. Pero también hay autocríticas: «Con los tiempos que estamos viviendo y uno se da cuenta que estamos por civilizar. He sentido vergüenza ajena y no precisamente por parte de los profesionales , más bien por parte de usuarios y usuarias que hacen un uso irresponsable de los recursos que ponen a nuestro alcance», apuntaba otra afectada.