La principal zona del centro histórico de Elche, formada por la Corredora y la Plaça de Baix, está viviendo sus primeros meses con su nuevo aspecto, después de que en el tramo final de 2020 finalizara la ambiciosa obra de peatonalización de este espacio. La recepción inicial ha sido positiva por parte de los ilicitanos, simplemente basta con observar que la afluencia de gente paseando es mayor. Los comercios también están satisfechos con el aumento del tránsito de personas, pese a que viven tiempos muy duros con la pandemia. De hecho, la Asociación de Comerciantes del Centro tiene previsto presentar en breve al Ayuntamiento un plan estratégico para lograr una mayor fidelización de la clientela. Esta buena recepción inicial no impide que se estén produciendo críticas de la población tras haberse culminado la peatonalización.

Las principales quejas vienen provocadas por la ausencia de iluminación y papeleras en la Corredora. El problema de la falta de papeleras genera que los ilicitanos que acuden al centro no encuentren recipientes en los que poder tirar sus papeles y desperdicios, lo que contribuye a que muchos acaben en el propio suelo. «Las papeleras se empezarán a instalar en breve. Todavía faltan algunos detalles de mobiliario urbano», explican fuentes consultadas. En cuanto a la falta de iluminación, ha sido una de las principales críticas que se ha recogido desde que se culminó la obra. Este problema se ha agravado en los últimos días, ya que buena parte de las luces que se instalaron en el suelo, en el tramo entre las Cuatro Esquinas y la avenida Juan Carlos I, no se encienden al anochecer.

Sin respuesta

Consultado por estas cuestiones, desde el equipo de gobierno no han querido ofrecer una respuesta al respecto. El problema de la falta de iluminación es el que más quejas ha generado pero no ha sido el único, ya que otras críticas que se han producido en los primeros meses de vida de la nueva Corredora apuntan a la falta de arbolado, la excesiva presencia de locales comerciales que permanecen cerrados o la ausencia de referencias históricas de la ciudad, como el Palmeral o el Misteri, aprovechando la nueva obra. Evidentemente, no todo han sido quejas y la intervención ha recibido también elogios, sobre todo por haber liberado al centro de la ciudad del paso del tráfico.

Otro debate que se abrirá en breve en la Corredora girará en torno a los nuevos establecimientos que se abrirán en ella, muchos de ellos destinados a la restauración y el ocio, con terrazas incluidas, el primero de ellos una Boutique del Café, cafetería que ya se encuentra en la calle Hospital y que ahora tendrá otro local a la altura de la Glorieta. «Vaciar la Corredora de coches para llenarla de mesas y sillas no tiene sentido», denunció el arquitecto Gaspar Jaén es este periódico.