Los excesos de velocidad siguen sin solucionarse en el Camino Viejo de Santa Pola y cada vez es mayor la preocupación vecinal en esta zona por el temor a que se produzcan nuevos accidentes mortales. Sus residentes alertan de que desde que remodelaron la carretera (CV-865) con medianas y rotondas, este vial que cruza la pedanía de Alzabares Alto ha pasado a convertirse en una «vía rápida y alternativa» que ha absorbido buena parte del tráfico que busca ir más rápido de un municipio a otro.

Pese a que son varias las señales que indican que hay una zona residencial y que se debe circular a 40 kilómetros por hora, en algunos tramos (en otros se puede ir a 50 y a 60, como máximo), hay muchos incumplimientos, tal y como ha podido comprobar este diario. Y no solo en verano que es cuando más coches circulan, sino también en invierno. Tras los repetidos siniestros, uno de ellos mortal hace dos veranos, la Concejalía de Seguridad Ciudadana adoptó medidas de seguridad para reducir la peligrosidad en la zona, una de ellas fue la limitación de la velocidad. Otra, fue la colocación de un radar móvil que dejó datos alarmantes: 75 vehículos fueron «pillados» superaron con creces la velocidad permitida en tan solo una hora, lo que se tradujo en más de una multa por minuto.

Sin embargo, los controles de verano no son suficientes para frenar los excesos de velocidad y los vecinos reclaman un radar fijo, más presencia de la Policía y otras medidas de seguridad como badenes o bandas sonoras.

Reunión

«Nos jugamos la vida cada vez que salimos a caminar a pasear con los niños o cuando salimos de nuestras casas con los coches porque pasan muy rápido», aseguran varios residentes. Y es que esta zona está muy próxima al Hospital General, por lo que muchos aprovechan para ir al casco urbano a pie y aseguran sentirse muy inseguros también por la falta de aceras.

La preocupación ha llegado a tal punto en la zona que esta semana han mantenido una reunión convocada por la alcaldesa pedánea y la asociación vecinal para plantear medidas al Ayuntamiento.

A preguntas de este diario, el concejal de Seguridad Ciudadana, Ramón Abad, aseguró que la Policía Local lleva varias semanas haciendo controles y vigilando la zona. Asimismo, afirmó que harán «también campaña recordatoria que es un camino vecinal y que la velocidad esta limitadísima».

Cruce conflictivo

Otro de los puntos conflictivos del Camino Viejo de Santa Pola que tiene atemorizado a los propietarios de viviendas de esta pedanía, es en uno de los cruces de este vial, (a la altura de La Nave), donde confluyen cinco vías y donde también se han registrado accidentes con víctimas mortales. Los vecinos aseguran que las bandas reflectantes que puso el Ayuntamiento son insuficientes y reclaman una rotonda.

A los excesos de velocidad y puntos negros se une otro problema en este concurrido vial: el desgaste que sufre cada vez más el asfalto por las acumulaciones de agua procedentes del barranco de San Antón cada vez que llueve con intensidad.

Esos encharcamientos que en ocasiones impiden el acceso a algunas viviendas han acabado generando agujeros y desniveles, según la asociación vecinal, por lo que desde la pedanía reclaman al Ayuntamiento la reparación de los daños para poder garantizar la seguridad vial de los cientos de residentes.

Los robos en chalés se extienden también a la pedanía de Alzabares

Los asaltos en viviendas también se han extendido también a la pedanía de Alzabares, con al menos dos robos en las dos últimas semanas, tal y como se está produciendo en otras zonas rurales del municipio como Valverde y Bonavista. El temor a que se continúen registrando más casos se ha extendido por estos puntos del Camp d’Elx. Por lo pronto, el alcalde, Carlos González, ha convocado para el próximo martes a la junta de seguridad para coordinar los tres cuerpos policiales, la Guardia Civil, la Policía Nacional y la Policía Local. También aseguró hace una semana que reforzaría la presencia de patrullas policiales en las pedanías para atajar las críticas.