La carretera que une Elche y Santa Pola (CV-865) podrá ver este verano otro tramo desdoblado, de los cinco que faltan para completar la actuación en todo el vial. La Conselleria de Obras Públicas prevé que los trabajos puedan estar acabados entre la rotonda de Valverde y la Vereda de Sendres para la próxima temporada estival, salvo imprevistos, por lo que podrían acortarse los plazos de ejecución inicialmente de doce meses.

Se trata de 1,5 kilómetros de longitud, donde la maquinaria trabaja a buen ritmo, según fuentes de la Administración Autonómica, después de que arrancaran el pasado otoño. Durante las últimas semanas los operarios están trabajando en canalizaciones de pluviales y en la topografía para seguir avanzando con el levantamiento de la carretera en los próximos meses.

Este tramo es uno de los más peligrosos del vial y donde tradicionalmente se han registrado más accidentes por la anterior existencia de un cruce muy conflictivo para entrar a la pedanía de Valverde, que desde los últimos años cuenta con una rotonda, como se ha ido haciendo en el resto de la CV-865 para reducir la peligrosidad.

Un técnico de la empresa realizando labores topográficas en la carretera de Santa Pola. | ANTONIO AMORÓS

El coste de los trabajos que se están acometiendo actualmente superan los dos millones de euros y para este año, Obras Públicas se ha comprometido a seguir invirtiendo en el desdoblamiento de la carretera.

La conselleria está preparando en estos momentos el expediente para licitar las obras del siguiente tramo entre los puntos kilométricos 5+500 al 7,100 con un presupuesto estimado dos millones de euros. A continuación se acometerá la siguiente fase entre los puntos kilométricos 3+600 al 5+500, cuyo coste será de 2,5 millones de euros. Estas dos actuaciones que suponen la mejora de la seguridad en alrededor de cuatro kilómetros están recogidas en la Ley de Presupuestos de la Generalitat para 2021, tal y como aseguraron desde la Administración Autonómica, que por ahora no ha precisado más plazos.

A lo que también se ha comprometido es que en los próximos ejercicios esté completada la actuación en esta carretera, considerada como una de las vías con más siniestralidad de la Comunidad por donde pasan 17.000 vehículos diarios. De este modo, en lo que queda de mandato la intención de Obras Públicas remodelar el penúltimo tramo de 1,2 kilómetros cuyo presupuesto estimado es de 2,27 millones de euros y el último de 1,9 kilómetros cuya inversión todavía no está definida.

Cuando finalice la obra, que en total podrá superar los 11 millones de inversión, el desdoblamiento va a suponer un cambio sustancial en las condiciones actuales de circulación en la zona, puesto que el vial pasará a contar con cuatro carriles, dos por cada sentido, de forma que se facilitará a los vehículos las maniobras de adelantamiento. El desdoblamiento de la carretera de Santa Pola mejorará también la seguridad para ciclistas y peatones, con un carril mixto específico y creará paradas de autobús.