Más de un centenar de nichos en estado de ruina aguardan en el Cementerio Viejo a su demolición para que toda una manzana se transforme en una plaza. Una montaña de piedras, a modo de colmenas, se alzan en una de las calles principales del camposanto, donde se realizaron enterramientos a principios de siglo XX.

Ahora apenas quedan restos mortales en su interior, después de una larga y tortuosa labor que ha realizado el Ayuntamiento para dar con el paradero de los familiares de aquellos que allí fueron sepultados.

Años después detrás de la pista de los herederos de esos nichos, el Consistorio ha conseguido trasladar los cuerpos a otras ubicaciones para poder comenzar a tirar abajo unas estructuras que corren peligro de caída.

El procedimiento para poder despejar la zona en ruinas ha supuesto todo un atolladero para el Ayuntamiento y ha sobrepasado varios mandatos ante la complejidad que supone en muchas ocasiones contactar con varias generaciones después y con herederos que incluso ya no residen ni en Elche.

«Si después de tres intentos no se localiza a los familiares, los restos se trasladan a un panteón municipal que hay en el Cementerio Nuevo», explica el concejal del área Héctor Díez. Para proceder a la exhumación, el Consistorio primero se ha encargado de contactar con los familiares de los difuntos con notificaciones en las lápidas o cartas certificadas. En caso de no localizarlos, ha tenido que recurrir a la publicación de la orden en el Boletín Oficial de la Provincia.

Una vez culminada la operación, el Ayuntamiento pretende reutilizar la piedra natural de las lápidas para los talleres de empleo debido a su valor. Después la manzana será despejada y se convertirá en un jardín.

Y esa filosofía, la de ir eliminando sepulturas en ruina, es la que quiere el actual equipo de gobierno para este camposanto en el futuro, una vez trasladados los restos, con la intención de dejar el Cementerio Viejo como un espacio abierto e integrado en la ciudad que dé cabida solo a las sepulturas históricas.

Una máquina levantando el suelo del Cementerio Viejo. | INFORMACIÓN

Camposanto nuevo

El Cementerio Nuevo es el lugar donde a día de hoy se concentran todos los enterramientos nuevos y donde el Ayuntamiento va a seguir invirtiendo. Los presupuestos de este año recogen 297.000 euros para la construcción de nichos. Este recinto ya ha agotado prácticamente su espacio para dar sepultura en las manzanas interiores por lo que a partir de ahora el Consistorio tendrá que habilitar nichos en todo el perímetro del camposanto.

Solo en el mandato pasado se construyeron 1.300 unidades de enterramiento y en los próximos meses se levantarán cien más.

Renuevan el pavimento y refuerzan estructuras con 85.000 euros

La antigüedad del Cementerio Viejo, construido en el año 1811 coincidiendo con la epidemia de la fiebre amarilla que asoló la ciudad, está obligando al Ayuntamiento a realizar un mantenimiento para atender los desperfectos que se van generando con el paso de los años. La última intervención se ha producido estas Navidades y ha costado 85.0000 euros. Entre otras cosas, se han arreglado calles que presentaban el hormigón cuarteado. San Vicente, Santa Rita, Santa Eulalia, Plaza de San Sebastián y las travesías de San Juan y San Pablo, han sido las zonas donde han actuado.

La otra tarea, mucho más pesada y de mayor calado, ha sido el refuerzo de la estructura del interior de los nichos, donde hay patios interiores, con el objetivo de evitar humedades. En total han trabajado en 21 manzanas, como son la de Nuestra Señora de Desamparados, Nuestra Señora de la Paz y San Diego.

Los camposantos municipales de Elche llevan abiertos desde la mitad del mes de mayo, cuando empezó la desescalada, después de que se cerraran con el estallido de la pandemia. También es posible realizar vistas en los cementerios de las pedanías de La Marina y Torrellano y en el de El Altet.