El pasado 13 de noviembre, el Ayuntamiento aprobó exponer la consulta pública previa de la revisión del Plan General Estructural del municipio. Es un trámite obligatorio en una fase inicial. El documento estaría expuesto hasta el 30 de diciembre, para que todo el que estuviera interesado pudiera hacer sus aportaciones al mismo, a efectos de continuar con su tramitación.

El 23 de diciembre pasado se informaba de que el Ayuntamiento ampliaba el plazo de exposición pública de dicho documento hasta el 31 de enero. Se justificaba diciendo que, con ello, se permitiría una mayor participación ciudadana ante la complejidad del tema a tratar. Cierto, y era digno de resaltar. Probablemente también habría influido la escasa cantidad de propuestas que, hasta entonces, se habían presentado (se hablaba de una decena, en todo Elx, una cifra muy pobre).

Es llamativo, en todo caso, el escaso interés suscitado por un tema como este. Probablemente el hecho de llevar tantos años oyendo hablar de la revisión del PGOU, sin que se haya avanzado nada en el mismo, le ha hecho perder credibilidad. Téngase en cuenta que todos los alcaldes/as que ha habido estos años han prometido revisarlo y, después de casi 23 años, el que está aprobado es el mismo desde 1998. Es fácil pensar que, ahora, puede ocurrir lo mismo.

Sería una lástima. Elx necesita tener un PGOU moderno y actualizado, y con una previsión de futuro más sostenible a una población que ha cambiado mucho en estos años. Ya que el actual Ayuntamiento ha dado este paso, que ningún otro había hecho, debe proseguir en la tarea aunque sea consciente de que no será esta Corporación, y ya veremos la siguiente, la que podrá disponer de ese nuevo Plan General necesario.

Y es que la complejidad administrativa de una revisión como ésta dificulta todo el procedimiento. Por eso, probablemente, lo más cómodo para muchos ayuntamientos es continuar con sus viejos PGOU antes que abrir un proceso dificultoso que nunca se sabe cómo puede acabar. Es lo que, hasta ahora, también se ha hecho aquí.

Sin embargo, basta leer el documento de consulta para comprobar lo desfasado que está el actual Plan. Por no recordar las situaciones en las que, por no actualizarlo, se ha puesto en riesgo elementos esenciales en Elx, como ha sido el caso del palmeral que, aún después de ser designado Patrimonio de la Humanidad, el Ayuntamiento no adaptó el Plan negándose a reforzar su protección en el mismo, o el patrimonio histórico, entre otros. Ni siquiera cumple con la Estrategia Territorial de la Comunidad Valenciana (ETCV) que se aprobó hace diez años y que puede hipotecar mucho el futuro Plan.

Cierto es que habrá que tomar decisiones difíciles. Hay, por ejemplo, un exceso de suelo residencial clasificado. El contexto en el que se redactó el Plan de 1998 no es, ni de lejos, el actual. Se puede llegar a tener que desclasificar más de 6 millones de metros cuadrados de suelo residencial según la ETCV, especialmente en el ámbito rural ya que si bien en Elx núcleo se ha desarrollado el 74% del urbanizable programado, en partidas rurales solo lo ha hecho el 20% y en Urbanizaciones Periurbanas un 6%.

Esta realidad debe permitir apostar por otro modelo de crecimiento más sostenible, especialmente en el Camp d’Elx. En la ciudad, la recuperación de zonas degradadas y de «esponjar» la edificación se hace urgente, así como la potenciación de la vivienda rehabilitada y en alquiler en barrios más autosuficientes y con las dotaciones públicas necesarias. Y Elx Capital Verde Europea 2030, para que no quede sólo como un eslogan necesita que el nuevo Plan apueste por otro modelo.

Es de esperar que este período de consulta permita disponer al Ayuntamiento de las opiniones y propuestas de todos aquellos que las hemos presentado con la voluntad de que se incorporen al debate para conseguir ese nuevo planeamiento que debería haberse aprobado años atrás, si no queremos seguir perdiendo oportunidades de mejora que, en estos momentos, ya nos son imprescindibles.

Responsabilidad del Ayuntamiento es dar continuidad a este proceso. Ha de ser valiente y acometer revisión tan necesaria. Es un proyecto que puede marcar la legislatura y sentar las bases para un Elx del siglo XXI.