Este próximo fin de semana el término municipal de Elche estará cerrado perimetralmente como medida para frenar los contagios de covid-19. Sin embargo, la movilidad entre pedanías estará permitida a pesar de que algunas están distanciadas del núcleo urbano varios kilómetros. Aún y así, el alcalde, Carlos González, le pide a la población que se quede en casa durante el fin de semana para reducir a la mínima expresión el trasiego de personas.

El primer edil ha explicado esta mañana las conclusiones de la reunión con el president de la Generalitat, Ximo Puig, y el resto de alcaldes de las principales ciudades de la Comunidad Valenciana que superan los 50.000 habitantes, para preparar a los municipios ante estas nuevas restricciones.

En Elche habrá un refuerzo policial que asciende a más de 300 efectivos de Policía para controlar todos los accesos, según el ejecutivo local. En concreto habrá 225 agentes de la Policía Local que controlarán la carretera de Santa Pola, la Vereda de Sendres, la carretera de Crevillent así como la Ronda Norte y la entrada a la ciudad por la Vía Parque para evitar que nadie salga o entre a municipios colindantes si no es por cuestiones justificadas.

La Guardia Civil patrullará en La Marina mientras que la Policía Nacional se encargará de la Ronda Sur.

González reconoce que es muy complicado el control de accesos porque el término tiene 326 kilómetros "y al margen de los accesos hay una red de caminos inabarcable, por lo que apelo al sentido común para reducir la movilidad". Remarca, además, que “hoy más que nunca, cumplir las normas sanitarias y evitar el contacto social supone salvar vidas”.

Estas medidas supondrán la imposibilidad de salir del término municipal en la franja horaria comprendida entre las 15 horas del viernes y las 6 de la madrugada del lunes.