La empresa La Saleta ha hecho llegar a todos su trabajadores una carta para que sean conscientes de que no pueden hacer ningún tipo de manifestaciones ni denunciar las condiciones en que se encuentran los usuarios, que eran un centenar a final del pasado año (al menos diez habrían fallecido por covid), según una copia de la misma a la que ha tenido acceso este diario. En dicha residencia, los familiares, pero también el sindicato CC OO, en nombre de muchos empleados, ha denunciado el "caos" de las últimas semanas o la falta de limpieza de las personas mayores por el déficit de atención derivado del hecho de las numerosas bajas que se han producido en la plantilla por el covid. El Sindic de Greugues solicitó a final de año a la consellera de Igualdad, Mónica Oltra, que ante las irregularidades que habían denunciado los familiares y la imposibilidad de implementar medidas para resolverlas, asumiera de nuevo la gestión, lo que no se ha producido. En esta residencia se han declarado durante el último mes y medio más de un centenar de casos de covid, 70 de ellos entre usuarios, y tuvo que ir el Ejército a desinfectar las instalaciones, lo que no ha evitado la muerte de, al menos, nueve personas, aunque los datos exactos nadie los facilita.

Algunas familias que han tenido a sus mayores ingresados en el Hospital tras enfermedades agravadas por el covid y a las que han dado el alta han decidido no llevarlos de momento a la residencia al no tener garantías de que no tengan más contagios. A pesar de ello, siguen pagando las cuotas para no perder la plaza. Estas familias hacen un esfuerzo para poder atender a los ancianos en sus hogares pues estos necesitan cuidados médicos continuos que ellos en casa difícilmente se los podían dar, lo que desembocó en que los ingresaran en la única residencia pública, aunque de gestión privada por concesión de Elche.

En la carta, con la que la mercantil, que gestiona por concesión de la Conselleria de Igualdad estas instalaciones desde hace años, explica que "todas las personas trabajadoras de la empresa están obligadas a mantener la confidencialidad respecto de todos los aspectos relacionados con los proyectos que se llevan a cabo en el seno de este centro". En otro párrafo se lee que la empresa se ve en la "necesidad de recordarles la necesidad de mantener en secreto y en la más absoluta confidencialidad todos los datos, imágenes, conocimientos, informaciones y documentación que cada uno de ustedes pueda conocer o haya conocido con motivo de la prestación del servicio".

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La empresa también recuerda que "este carácter de confidencialidad abarca igualmente cualquier aspecto que tenga que ver con el funcionamiento de la residencia". Es decir, que los trabajadores no pueden denunciarlo a familiares o, como ha llegado a ocurrir, los medios de comunicación. INFORMACIÓN llegó a publicar que había ratas y chinches en las instalaciones y aportó videos de que esto era así. Las imágenes llegaron a nuestro medio para, precisamente, conseguir que la concesionaria pusiera los medios para que esto no ocurriera más después de que las quejas de los propios trabajadores o de los familiares, que pagan por que cuiden a sus mayores, al parecer, hubieran caído en saco roto.

"Cualquier que sea el soporte", dice la carta que han recibido, dándose con ello por enterados, "quedará expresamente prohibido sacar cualquier tipo de información de la empresa, ya sea de forma verbal, escrita o en formato digital o en cualquier otro formato, incluyendo fotografías tomadas con móviles personales. En un último párrafo, la carta les recuerda que "el incumplimiento de esta obligación podría conllevar la imposición de sanciones disciplinarias (...) e incluso la reclamación de los daños y perjuicios y/o de cualquier otra índole que pudieran corresponderle a la empresa frente al trabajador". La misiva está firmada por el CEO de La Saleta, Gerard Sanfeliu Delgado.