El pasado 12 de enero la Mesa de les Corts Valencianes admitió a trámite el proyecto de la nueva Ley del Palmeral de Elx. Por fin llega al órgano donde se podrá debatir y aprobar. Y falta hace.

Recordemos que, en junio de 2017, hace casi cuatro años, el conseller Vicent Marzà, en visita a nuestra ciudad, prometió una nueva Ley que sustituyera a la vigente de 1986, de hace 34 años, y que tan insuficiente se ha demostrado en la práctica. La deficiente redacción de la nueva propuesta, producto de la casi nula participación previa que hubo en su elaboración y de evidentes contradicciones en sus objetivos motivaron que colectivos ilicitanos, entre ellos Volem Palmerar, exigieran correcciones y mejoras ante una norma que, si bien incorporaba avances, también era cierto que dejaba demasiadas cuestiones abiertas que podían afectar muy negativamente al Palmeral.

Aunque se ha tardado demasiado tiempo en formalizar el nuevo documento, (a pesar de ser prometido en múltiples ocasiones), se ha mejorado sustancialmente, al admitir propuestas de los colectivos defensores del palmeral, así como se logró suprimir algunas de las más polémicas actuaciones que el nuevo texto permitía. También es cierto que el texto aún contiene disposiciones que deberían mejorarse para evitar que, en un futuro, puedan aplicarse con evidentes perjuicios al bien que se quiere proteger.

Por ello colectivos conservacionistas se han ofrecido a defender, ante la Comisión de Participación Ciudadana de les Corts Valencianes las mejoras que deberían incorporarse para garantizar la mejor Ley posible para el Palmeral, especialmente en los huertos declarados como zona Unesco y aquellos en zona de protección Núcleo. Entre ellas, una mayor limitación en los usos permitidos en edificaciones existentes en estas zonas. Tampoco deberían permitirse nuevas edificaciones, ni siquiera para museos, centros de interpretación o similares en estas zonas. Si hay que hacerlo, evítese en pleno huerto y búsquese otro espacio menos sensible. Igual pasa con el encaperuzado, permitirlo en estas zonas, aún con una autorización expresa, supone exponer al palmeral más sensible a la afección estética y de aumento de mortandad de ejemplares que tal actividad suele conllevar. Son algunas de las cuestiones que deberían clarificarse en el nuevo texto legal, para evitar depender de interpretaciones interesadas en el futuro.

Y, muy importante, el Ayuntamiento debe adaptar su PGOU a la realidad de un Palmeral que tendrá una nueva Ley y que es Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000. Hasta ahora aún no lo ha hecho. Aunque insólito y difícil de explicar, el Ayuntamiento siempre ha minusvalorado dicha declaración ante su PGOU. Ha priorizado siempre, inexplicablemente, la norma urbanística a aquellas que deberían garantizar su protección como Patrimonio. Algunas situaciones recientes (finca El Arsenal, por ejemplo) tienen mucho que ver con esta acomodaticia postura.

Igual pasa con proyectos como el de la rehabilitación del Hort del Gat. Algo muy necesario, tanto en lo referente a la casa como al huerto existente, ante el vergonzoso estado en el que se encuentra. Pudiendo ir allí el Patronato del Palmeral, lo llamativo es que se pretenda cederla para actividades que poco tienen que ver con el mismo, con el consiguiente impacto que se puede producir. Y no es el primer caso de este tipo de cesiones en temas ajenos al Palmeral. Algo debería decir la conselleria, que paga la obra.

Y, en todo caso, que nadie crea que, solo con una nueva Ley se resolverán los problemas que el Palmeral padece. También hace falta una política más decidida en su apoyo, que se echa en falta. La plantilla está en mínimos. Se ha privatizado hasta la poda. No se reponen todos los ejemplares que desaparecen. No se apuesta por la necesaria renovación. Los problemas de falta de riego con agua de calidad, la limpieza de los huertos, la conexión entre los mismos, etc. son una constante. En ocasiones, parece que el Palmeral, para el Ayuntamiento es más una carga que una honrosa responsabilidad para Elx, y si hablamos de la conselleria, parece necesario que se implique más en el futuro de nuestro palmeral.

Bienvenida sea la nueva Ley y, especialmente, si se consigue mejorarla en su trámite parlamentario. Pero aún mejor será que el palmeral encuentre más preocupación real por él en todas las administraciones implicadas.