El pasado 15 de febrero, el Diario Información, publicaba un interesante reportaje, firmado por Ana Fajardo, sobre la próxima construcción, en Elx, de un nuevo geriátrico que abriría en el Plà.

Con dicha instalación, que supondría 150 nuevas plazas, se alcanzarían las 750 en residencias para mayores en nuestra ciudad. De ellas, a excepción de las de la Tercera Edad de Altabix (101), todas privadas e, incluso esta, a pesar de ser un centro público, también ésta gestionada, a través de una concesión, por una empresa privada.

Que un municipio como el nuestro, con más de 234.000 habitantes y con una población que supera las 40.000 personas mayores de 65 años tenga, en estos momentos, sólo unas 600 plazas disponibles supone un serio problema para muchas familias ya que, por un lado la oferta es muy escasa y, probablemente como consecuencia de ello, poco asequible para una mayoría.

Por no hablar de otros aspectos que, de años atrás vienen siendo denunciados por usuarios, familiares, sindicatos, etc. La falta de plantillas más completas, adecuadas, estables y con disponibilidad de mayores recursos asistenciales, y de servicio a los allí ingresados es una constante. La actual pandemia del coronavirus ha venido a confirmar el desastre que, en muchos casos, este tipo de residencias ha supuesto para sus usuarios en toda España, y también en Elx. Recordemos que según los datos que ofrece RTVE, al 22-2-21, se habían producido más de 31.700 fallecimientos, por covid-19 o síntomas compatibles, en los diferentes tipos de residencias de ancianos, lo que suponía casi el 50% de las muertes en toda España. Una masacre hacia un colectivo necesitado y muy dependiente y que, de haberse encontrado algo más protegido en sus centros, podría haber evitado muchas de esas muertes.

En Elx la situación también ha sido lamentable. Especialmente en la Residencia de Altabix. Las continuas quejas, que han llegado a que el Síndic de Greuges pida su intervención, se han diluido entre excusas de las administraciones competentes que han preferido rehuir sus responsabilidades antes que afrontar las mismas.

Y es verdad que la máxima responsabilidad corresponde a las consellerías de Sanidad y de Igualdad de la Generalitat y que ambas han dejado bastante que desear en el mismo. Pero también es verdad que el Ayuntamiento anunció que, ante la gravedad del asunto, iba a realizar una serie de reuniones de coordinación entre las diferentes residencias ilicitanas para contribuir a buscar soluciones. Parece ahora más un gesto hacia la galería que otra cosa. Ante ello, desde la sección de Pensionistas del sindicato CC OO se pidió a principios de este mes y sin éxito, una reunión con la concejala de Mayores para solicitarle información, expresar su interés por el tema y ofrecerle su colaboración. El Ayuntamiento, en este tema, ha sido tan poco transparente como la Generalitat.

De todo lo sucedido, deben tomar nota los responsables a todos los niveles. Es inconcebible que la Generalitat, con casi 6 años del Botànic mantenga casi idéntico el sistema de funcionamiento, en el tema de las Residencias, que implantaron personajes como Rafael Blasco y Juan Cotino en los 20 años del PP. Época en la que, por cierto, poco aportó la Generalitat al bienestar de los mayores en nuestro municipio con nuevas residencias.

El Ayuntamiento, aún teniendo claro que el tema es de competencia autonómica, también debe ser consciente de que de su competencia es buscar las mejoras para su población. Y ahí hay que ser exigentes en buscar las inversiones, especialmente para sus sectores más necesitados. Es hora de que la Generalitat prevea la construcción de otra residencia pública en Elx. Hay necesidad y hay demanda. El sector privado lo demuestra. La Administración no puede seguir rehuyendo su responsabilidad en el tema. Hablar de rescatar personas está bien, pero eso hay que hacerlo realidad ofreciendo más y mejores medios asequibles a los que los puedan necesitar.