Las mascletás de las fiestas de Elche, que recientemente han sido difundidas en una revista científica como ejemplo de lo que no se debe hacer con los edificios históricos, están en el aire. El Ayuntamiento todavía no ha decidido dónde se celebrará el concurso pirotécnico y ni siquiera garantiza que se pueda organizar este año.

La Concejalía de Fiestas tiene por resolver el conflicto generado con el espectáculo de agosto y sigue decantándose por retirar de Traspalacio una celebración que tal y como se celebra desde 2011 resulta dañina para todo un conjunto monumental como es el Palacio de Altamira, el Museo Arqueológico y de Historia de Elche (MAHE), la muralla tapial, el Hort del Xocolater y la basílica de Santa María.

Así lo detectaron unas mediciones realizadas durante el concurso de 2019, en las que investigadores de la Universidad de Alicante confirmaron que las mascletás sobrepasaban más de tres veces los umbrales permitidos para garantizar que no haya daños. La solución pasaba por reducir la carga explosiva, trasladarlas o colocar pavimento especial para amortiguar los impactos. Pero, a raíz de aquel estudio concluyente que ordenó la Conselleria de Cultura, el departamento dirigido por Mariola Galiana encargó un informe a los ingenieros y técnicos municipales para buscar otra ubicación para las mascletás. Sin embargo, según la concejala, el estallido de la pandemia paralizó la búsqueda de alternativas en el mes de marzo y a los pocos meses tuvieron que cancelarse las fiestas por el covid. Para este año todavía no hay nada claro, pese a que ha arrancado ya la campaña de vacunación y a que el Gobierno espera tener inmunizada el 70% de la población para este verano. «A estas alturas no sabemos si se podrá celebrar ni este acto ni el resto de las fiestas de agosto, todo dependerá de cómo evolucione la pandemia», señaló la edil del área. Volver al Paseo de la Estación es una de las opciones que baraja el equipo de gobierno, aunque asegura que no es la única. El pasado mandato, al ser conscientes de que Traspalacio ya era un emplazamiento polémico por la cercanía de los edificios protegidos, el Hort del Monjo comenzó a probarse como escenario alternativo en una mascletá de inicio a las fiestas.