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OPINIÓN

Un hotel de Arenales en pleno centro de la ciudad

La existencia de los restos arqueológicos y el refugio debería estar contemplado como motivo de anulación del contrato, como esgrime el Ayuntamiento y dicta la lógica razonable

El mercado central de Elche. Antonio Amorós

“Para todo problema humano hay siempre una solución fácil, clara, plausible y equivocada.” Decía el famoso escritor y periodista americano Henry Mencken probablemente pensando ya en el asunto del Mercado Central de Elche.

Hace mucho tiempo que el Mercado Central es sinónimo de incompetencia técnica, hastío popular y de mala praxis política (por ser generoso). Mientras cada uno defienda lo suyo a capa y espada es imposible llegar a acuerdos, como hemos observado estos últimos 6 años. En este punto todos han destapado ya sus cartas de forma definitiva, la concesionaria asegurando la viabilidad del proyecto pactado con Mercedes Alonso y el Ayuntamiento jugando al póker de ases con una rescisión unilateral del contrato que deben tener muy clara ya que de lo contrario la indemnización puede salirnos muy cara a todos los ilicitanos. Los informes técnicos parece que pueden dar la razón al Ayuntamiento en su lucha con Aparcisa, puesto que la existencia de los restos arqueológicos y el refugio debería estar contemplado como motivo de anulación del contrato, como esgrime el Ayuntamiento y dicta la lógica razonable.

El final está cerca, y el Ayuntamiento no puede esperar más. En otoño se anunció la puesta en marcha de un concurso de ideas y ese debería ser el inicio de un futuro esplendoroso para un enclave único que puede ser el eje dinamizador del centro histórico. Un Mercado abierto, dinámico y moderno funciona; sólo hay que ir a ciudades de nuestro entorno y descubrirlo. La idea de un Mercado tradicional con elementos modernos que además se fusione con el patrimonio hallado puede ser único en España. Un Mercado que compatibilice la venta tradicional con productos genuinos del Camp d’Elx, tematizarlo con nuestros patrimonios y aumentar su oferta con la vista de los baños árabes bajo un suelo acristalado y visita guiada a los refugios junto con una oferta gastronómica de hostelería integrada puede ser atractivo suficiente para recuperar el turismo perdido.

Hay que tener altura de miras, Aparcisa se enrocó en un aparcamiento subterráneo imposible para dar fortaleza a un buen proyecto. Soy de los que piensa que en el centro hay aparcamiento suficiente como para poder facilitar el acceso a los ilicitanos y visitantes, hasta cuatro parkings públicos se hayan en el entorno de la Plaza de las Flores y pueden absorber con facilidad el volumen de personas que van a acceder al centro. Si bien el pacto parece inviable, estaría bien que la concesionaria accediese a llevar a cabo el proyecto sin el parking porque le seguiría resultando ventajoso mientras que el Ayuntamiento pudiera ofrecerle alguna contraprestación, hablando se entiende la gente y litigando podemos tener un nuevo Hotel de Arenales en pleno centro de la ciudad, algo que nadie quiere.

El Nuevo Mercado Central será una realidad tarde o temprano, pero el Ayuntamiento debe tener ya su plan, salido del concurso de ideas, buscar la financiación con fondos europeos y presentar el modelo que pueda recuperar la ilusión de los ilicitanos confundidos y decepcionados en torno a un problema enquistado en el tiempo y que dificulta y mucho el desarrollo comercial y social del centro histórico de nuestra ciudad.

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