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Cuando el reto está en la profundidad de una misma

La triple medallista de Elche Isabel Sánchez-Arán se prepara para revalidar el título de mejor apneista española

Cuando el reto está en la profundidad de una misma

Silencio profundo. Control absoluto de la respiración y mucha psicología. Cada vez que Isabel Sánchez-Arán se sumerge en las profundidades del mar siente múltiples emociones que la hacen reafirmarse que está constantemente cumpliendo sueños. Esta ilicitana se ha convertido a sus 36 años en triple campeona de España en apnea estática, inmersión libre y peso constante con bialeta. Es la buceadora que más distancia ha conseguido sumergiéndose en apnea, bajando hasta los 76 metros. Su mayor marca son seis minutos y seis segundos sin respirar en competición.

Por el momento se está preparando para intentar revalidar su título en la próxima competición, prevista a finales de abril en Galicia, si la crisis sanitaria por el covid-19 permite su celebración. Su sueño: viajar a Bahamas para enfrentarse al agujero azul de Long Island por ser un «sitio mítico donde todos quieren bucear», aunque intuye que antes tendrá que encontrar patrocinadores que la ayuden a financiar esta posibilidad.

La apnea es una disciplina deportiva en la que se ponen a prueba los límites del organismo y de la mente. El deportista se sumerge en el agua durante largos periodos de tiempo en los que interrumpe su respiración. Si eres capaz de haberte metido allí «es porque dominas la técnica del aquí y el ahora, es casi una meditación, estar bien presente y muy concentrado en lo que estás haciendo, ni proyectar el futuro ni pensar lo que te queda porque vienen los pensamientos negativos y te pasará algo que te va a entorpecer para dar la vuelta», relata Isabel Sánchez.

Relata que ha llegado a pasar miedo bajo del agua, «y como les pasa a los actores, por mucha práctica que tengas te pones nervioso». Apostilla que el miedo es inherente a la psicología humana, sólo que hay que aprender a canalizarlo para no llegar a pensar que será el último día. Le compensan todos aquellos momentos especiales como nadar entre bancos de peces o con una foca monje en Chipre, especie en peligro de extinción del Mediterráneo.

Recuerda que de niña su momento de mayor felicidad al año «era ir a la piscina y a la playa en verano, y ahora estoy prácticamente todo el año porque además de ser mi deporte es mi profesión», La apnea le proporciona salud y bienestar. «Desde que la practico me encuentro más equilibrada físicamente, mejoro la alimentación, el sueño. Controlo más mis emociones y estrés. Y algo muy importante: no es solo contener la respiración si no saber respirar», apunta.

Isabel estudió Magisterio y se especializó en enseñanza de idiomas. El motor que la impulsa es la curiosidad de conocer mundo. Terminó sus estudios y viajó a Brasil en un plan de voluntariado. Asegura que nada le han regalado en la vida. Viene de familia humilde. Su padre hace zapatos y su madre era maestra de escuela, aunque falleció cuando la deportista cumplió los 19.

«Descubrí el deporte para conectar con la naturaleza». Reseña que siempre pasó mucho tiempo pegada a la lectura y se dio cuenta de que «había desconectado del mundo ». Por ello empezó a practicar deportes. Desde natación en aguas abiertas, hasta espeleología, barranquismo, vela o buceo, la última disciplina que aprendió. Hace seis años y viviendo en Chipre empezó a dominar la apnea. Y allí ejerció como instructora.

Tras un periplo fuera de Elche tuvo la necesidad de volver, pero si lo hiciese no podría desarrollar su carrera aunque abandera el deporte ilicitano. Explica que la costa alicantina no tiene suficiente profundidad, «es muy somera y necesito 80 metros de profundidad o más y en Alicante supone ir muy lejos de la costa» lo que dificultaría la atención de emergencia si fuese necesario. Como instructora tampoco le saldría rentable, señala con pesar. Actualmente vive y trabaja en Gerona dirigiendo el club de apnea la Caretta-Costa Brava Freedivers.

En la práctica de la apnea predominan hombres aunque no de forma generalizada por en Asia, por ejemplo, hay más buceadoras, explica. Sin embargo, la apneista cree que si hubiera más mujeres practicantes podrían acercarse a las marcas masculinas. Aún y así, declara que es un deporte «muy igualitario y hay muchas mujeres con marcas buenísimas», y cierta paridad en los jueces.

Isabel como referente quiere que otras mujeres se visibilicen. Es la responsable de las relaciones internacionales y la atención a atletas en la Federación Española de Actividades Subacuáticas y preside la asociación nacional de apnea deportiva. Recibió reconocimiento de la asociación Emprén Dona de Elche y ahora dentro de este colectivo quiere localizar a otras deportistas que están haciendo historia en sus ramas para seguir reconociéndolas públicamente.

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