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Tribuna

Elche cumple hoy 150 años como ciudad

Una vista de la Basílica de Santa María

Tal día como hoy, 16 de marzo de 2021, hace 150 años, el rey Amadeo I llegaba a nuestra ciudad con el fin de visitar los «bosques de palmeras» de los que había oído hablar como una singularidad digna de ser conocida. Cuentan las crónicas que, impresionado por la belleza única del paisaje, decidió conceder a Elche, de modo verbal, el título de ciudad. Dos meses después, el 12 de mayo de 1871, decretó formalmente que «la villa de Elche, en la provincia de Alicante, llevará desde hoy el título de Ciudad con el mismo nombre». Un acontecimiento relevante para la historia reciente de Elche que hoy conmemoramos en el Consistorio siguiendo el compromiso adquirido de divulgar tan relevante circunstancia por quien entonces era alcalde, Pascual Llopis y Soler.

Antes de ahondar en la historia de la real visita, es significativo destacar el contexto político del momento. El duque de Aosta, Amadeo de Saboya, también conocido como el rey desafortunado, reinó en España de 1870 a 1873, estando su reinado marcado por una extraordinaria inestabilidad política. Hijo del rey italiano Víctor Manuel II, accedió al trono jurando la Constitución de 1869, en un momento en el que encontrar un rey para España era un problema tanto interno como de las principales potencias europeas.

El nuevo monarca fue proclamado rey de España el 2 de enero de 1871 bajo el nombre de Amadeo I, siendo relevante destacar que se trata del único rey de nuestra historia cuya designación se produjo como consecuencia de una votación en las Cortes Constituyentes.

Volviendo a la visita a Elche, corría la primavera del año 1871, era jueves 16 de marzo, y a las diez en punto de la mañana el rey entraba a la villa ilicitana gracias a los azares del destino, ya que en ese momento el monarca se hallaba de visita oficial en Alicante con el objeto de esperar el desembarco de su esposa, Doña Victoria. El monarca decidió aprovechar su estancia en nuestras tierras y realizar la visita que le habían recomendado por sus genuinos bosques de palmeras.

El rey hizo su entrada a la villa ilicitana por la carretera de Alicante acompañado por una comitiva y una pequeña escolta. En el lugar le esperaban unas 700 personas, entre las que destacaban un grupo de niños de las escuelas que portaban palmas blancas. Su primera parada la realizó en el Ayuntamiento, donde fue recibido por la Corporación, encabezada por su alcalde, el personal del juzgado de Primera Instancia y distintas personalidades en representación de la villa. El monarca accedió al interior de la Casa Consistorial, salió a uno de sus balcones y fue vitoreado por las numerosas personas que llenaban la Plaza de Baix.

De allí, continuó con toda la comitiva hacia la basílica de Santa María, engalanada e iluminada para la ocasión, y subió los 160 peldaños de la torre-campanario desde donde contempló la belleza única de la inmensidad del palmeral. Por último, el rey y el séquito que le acompañaba se dirigieron al huerto Nuevo de la Virgen para disfrutar de un almuerzo rodeado de palmeras, para que conociera de primera mano todas las operaciones que se ejecutan en nuestro palmeral.

Con objeto de perpetuar la distinción, el Consistorio, presidido por el alcalde Pascual Llopis y Soler, acordó el 23 de marzo de 1871 elevar a S.M un acuerdo municipal solicitando que la gracia formulada verbalmente por el monarca en referencia a la concesión del título de ciudad, fuera confirmada documentalmente. Afortunadamente fue así, y el rey plasmó su decisión en el Real Decreto de fecha 12 de mayo de 1871, en el que por medio de un único artículo concedía a la villa de Elche el relevante título de ciudad.

Hoy conmemoramos un momento histórico que recordamos tomando como base documental el libro Historia de Elche, de Alejandro Ramos Folqués, y distintas actas del Archivo Histórico Municipal. Amadeo de Saboya fue un rey efímero y controvertido, pero que supo valorar la belleza, singularidad y relevancia paisajística única de nuestro valioso palmeral. Seguro que hoy estaría muy orgulloso de su trascendente decisión.

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