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Una de cada tres mujeres evita ir a la consulta preventiva del cáncer de mama en la comarca

La unidad que gestiona el servicio en Altabix detecta 4,1 lesiones por cada mil imágenes - La gran mayoría son benignas, pero requieren más pruebas

Más de 18.000 mamografías se hacen en el Baix Vinalopó cada año. ANTONIO AMORÓS

De las más de 18.000 mujeres del Baix Vinalopó, con edades comprendidas entre los 45 y 69 años que son citadas cada año al cribado de la Unidad de Mamografía, más de 5.500 no acuden por término medio, cifra que incluso aumentó el pasado año hasta las 7.500 debido a la pandemia que retrajo a muchas a acudir. El servicio es pionero desde hace años en la detección precoz de la enfermedad y registra una media de 4,1 lesiones por cada mil pacientes; es decir, cada año se derivan al Hospital General de Elche para posteriores estudios menos de un centenar de casos. Concretamente, según explica la responsable de Salud Pública, Antonia Soriano, en 2019 fueron 86 casos, mientras que en 2020 han sido 65.

El servicio ha vuelto a ser noticia este año por la avería del mamógrafo asignado al centro de salud de Altabix, que es referente para toda la comarca. Mientras se adquiere uno, por un procedimiento de emergencia, que es la decisión que ha adoptado la Conselleria de Sanidad porque el cambio de piezas supondría también una importante inversión, además de que la tecnología sigue evolucionando (el que se ha adquirido incluye la cromosíntesis), las usuarias están siendo desviadas en horario de tarde al propio Hospital General que ha prestado uno de sus equipos a la unidad de mamografía, que ha cambiado su lugar de trabajo para mantener los protocolos y estándares que se realizaban en Altabix. El servicio se está realizando en la UIAE (la Unidad Integral Ambulatoria Especializada) y un celador se encarga de acompañar a las usuarias para la prueba. Se ha colocado una señalítica para evitar confusiones.

Habitualmente, hay dos lecturas de cada imagen para confirmar diagnósticos y que no haya errores o sesgos. Todo ello da un diagnóstico en un plazo de una semana a diez días desde la fecha de la prueba, «a veces el correo tarda más que nuestro tiempo de respuesta», explica Antonia Soriano. Si la respuesta es por carta, eso también es síntoma de que la prueba ha sido negativa. Todas las usuarias temen, lógicamente, a que la respuesta a esa mamográfica les llegue a través de una llamada.

«Ese dato del 4,1 por cada mil pacientes es un dato que hay que ver en contexto», explica el doctor Álvaro Rodríguez-Lescure, presidente de la Sociedad Española de Oncología y jefe del servicio de Oncología Médica el Hospital General de Elche. El experto explica que una buena parte de esas imágenes hay que ir categorizándolas de mayor a menor riesgo. «La mujer no recibe una información de que tiene un cáncer si previamente no estamos convencidos de ello. La mamografía detecta imágenes, nada más, que hay que estudiar y analizar en un corto espacio de tiempo». Los miércoles, se reúnen en el Hospital General de Elche radiólogos, patólogos, cirujanos y oncólogos, son el comité del cáncer de mama, para ver la evolución de la enfermedad de sus pacientes y de los posibles que vienen a través de la prevención. «Tenemos radiólogos especializados en el cribado mamográfico. Todos los casos se evalúan, así como las pacientes que deberán ser derivadas al Hospital para hacer una biopsia. Se las cita y se les explica en qué consiste».

Esta será la primera vez que un radiólogo o un cirujano, generalmente, se siente delante de una paciente tras esa prueba preventiva que se le hizo en Altabix, no más allá de un par de semanas, en la que se detectó una lesión. El objetivo será informarle de que es necesario una biopsia o «alguna prueba de imagen más. Son estos profesionales los que las atienden y se les explica todo, reciben esta información clara y rápidamente». Rodríguez-Lescure admite que esa primera visita no es fácil ni para la paciente ni para el profesional, «es nuestro trabajo y al principio hay muchas expectativas porque muchas imágenes son benignas, la inmensa mayoría. Que acabe en cáncer son minoría. Al paciente hay que tratarlo lo mejor emocionalmente y explicarle que se necesita una confirmación por una biopsia o por una imagen. La mayoría de lesiones -insiste- son benignas, el protocolo se agiliza y es rapidísimo. La unida, de verdad, funciona. Es gente que trabaja junto y los casos urgentes, no se espera al comité semanal y se tratan directamente».

Vivir más y con otro estilo frente al avance de las nuevas técnicas

Hay más cánceres de mamas y hay más curación porque la ciencia avanza. «La incidencia en global -explica Rodríguez-Lescure- aumenta en todos los países occidentales en general. Es un tumor en alza». Esto ocurre porque «vivimos mas y eso tiene una respuesta directa en la incidencia del cáncer. Cuanto más corta es la esperanza de vida, menos va a aparecer, aunque parezca una perogrullada», explica el oncólogo, que añade: «Sí es verdad que no hay una causa concreta y única, como pasa con otros tumores, como los relacionados con el tabaco, pero sí hay una serie de factores relacionados con la vida reproductiva, con la propia biología femenina y con el estilo de vida que aumentan el riesgo de cáncer de mama». El presidente de la Sociedad Española dice que es evidente que ahora se diagnostican mucho más y en estadíos muy iniciales de la enfermedad, «por ello los resultados son mejores, pero no se contrarrestan con lo otros. El pronóstico ha ido mejorando y de largo va a seguir aumentando, aunque hay un grupo importante de mujeres que va a caer. También hay que tener en cuenta las metástasis, aunque ha aumentado la supervivencia de este grupo, son enfermedades que no podemos curar en estadios avanzados, aunque sí tratable, por supuesto».

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