«Crear al hombre fue una idea hermosa y original, pero añadir la oveja fue una tautología». Mark Twain (1835-1910), escritor estadounidense.

Ya están bajo tierra, de nuevo, los restos arqueológicos exhumados durante los últimos cuatro años junto al mercado central ilicitano. De un tiempo a esta parte la actividad del bipartito relacionada con destapar y volver a tapar vestigios pretéritos del subsuelo ha cobrado una inusual relevancia, como atestiguan también las obras en las calles Fossar, en el Raval, o Uberna y Fatxo en el centro histórico. Es lo que contempla la normativa para zonas de interés arqueológico, pero hay quien busca una interpretación más patafísica, incluso hermenéutica, de este patrón de conducta del gobierno local de progreso: destapar y volver a tapar, para que todo siga igual (en el subsuelo), aunque con un nuevo acabado (en la superficie). Ahí lo dejo, de momento.

La cuestión es que la rapidez y determinación con que Carlos González ha procedido a sepultar los restos y a eliminar las vallas circundantes, tras la preceptiva autorización de la remolona conselleria, han sorprendido a propios y extraños (incluso a algunos miembros del gobierno local, que prefieren mantenerse en el anonimato). El alcalde quiere que esta actuación marque un punto de inflexión, una prueba evidente de su resolución de actuar de manera rápida y expeditiva para resolver todo lo que hay pendiente. Cuando las circunstancias, los tribunales o el departamento de turno lo permitan, por supuesto. No se trata del hecho intrínseco en sí (tapar lo destapado) sino del mensaje. Y el mensaje ahora es que se acabaron los titubeos de regidor dubitativo e inseguro. No existen los hechos, solo las interpretaciones, dejó dicho Nietzche, con la severidad que le caracterizaba desde detrás de su adusto mostacho.

La oposición, sin embargo, extrae otra interpretación de estos hechos, como era de esperar (la derecha ha sido siempre más de Heidegger: percepción frente a interpretación). El jefe de la ídem, Pablo Ruz, se queja amargamente de que se enteró de los trabajos cuando pasó por allí para ir a la barbería, lo cual es una muestra más de que el bipartito no solo se dedica a echar tierra sobre nuestro pasado, sino también a seguir sepultando la transparencia, el diálogo y la participación. Asevera que por ese motivo PSOE y Compromís no quieren convocar el debate sobre el estado del municipio, para que las pedanías no vuelvan a fustigar de lo lindo al ejecutivo local, en una estampa tipo ecce homo que vendría que ni pintada para rememorar la suprimida Semana Santa.

Pero quiera o no el tándem González/Díez (Esther) y los suyos y las suyas, Ruz avisa de que le van a oír en el próximo pleno, aunque sea de forma telemática y con el tiempo tasado. En cualquier caso, el líder popular ha dejado claro que cuando él gobierne, ya sea en 2023 o más allá, desenterrará todo lo que el bipartito ha enterrado y seguirá adelante con el proyecto del nuevo mercado, centro comercial o sea lo que sea que fuera o fuese para entonces. Por su parte, la portavoz de Cs, Eva Crisol, dice que apoyar, apoyará cuando toque, pero que tras la tocata y fuga de los adalides ciudadanos Cantó y Argüeso, está a la espera de recibir instrucciones de la autoridad competente para aclararse si respaldará al bipartito o al PP o a ninguno; o si presenta una moción de censura contra ella misma, o si, por el contrario, ingresa en alguna hermandad penitencial.

Volviendo al asunto que nos ocupa, es evidente que ya se respira otro ambiente en la plaza de las Flores y alrededores. Tanto es así que los diferentes despachos profesionales de Elche, parte de la provincia y de la nación entera, se han puesto febrilmente manos a la obra porque ven inminente la convocatoria del anunciado concurso de ideas sobre qué hacer en el mercado central y su entorno colindante. Así las cosas, hemos podido averiguar (por medios no del todo ortodoxos) el contenido de algunos de estos proyectos (cuyos autores omitimos para proteger las fuentes, en especial la de la Glorieta) y sus lemas provisionales. Veamos.

-Volver A Empezar. Recapitulación del proyecto original, adaptado a las nuevas sensibilidades socio-político-patrimoniales. Construcción de un edificio postneorracionalista, totalmente sostenible sobre columnas de orden corintio y capiteles adornados con hojas de palmera y chopo ilicitano. Incluye mercado ecológico-vegano, zona de hostelería, churrería y circuito de running con spa en la terraza. Lleva de serie un aparcamiento subterráneo, pero exclusivamente para vehículos de cero emisiones, con entrada y salida por la pasarela (con doble carril bici en cada sentido), que se ampliará para tal fin con fondos Edusi. Todo el recinto estará ambientado con música del Misteri, para que Icomos no pueda decir ni mu.

-Dame Otra Vuelta. Se trata, básicamente, de recuperar el arrumbado proyecto de la noria-mirador del Palmeral, en el que tanto empeño puso el alcalde Alejandro Soler, y que la anterior crisis económica (la del 2008) finiquitó. Se propone instalar el artefacto sobre el actual edificio de abastos. Desde esta ubicación y con los 70 metros de altura del conjunto no solo se tendría una visión panorámica del palmeral y de la ciudad, sino de todo el término municipal y hasta Benidorm, en días despejados. Sus 16 cabinas estarían preparadas para acoger ágapes, reuniones, botellones e incluso plenos municipales (previo reparto de biodramina). Las dos plantas del actual edificio se dedicarán tras su rehabilitación a oficinas del Ayuntamiento, que hacen mucha falta (la sede electrónica ocupa mucho espacio). Eso sí, los funcionarios tendrán prohibido acceder a la noria en horario laborable o cuando estén trabajando.

-Memoria Consuetudinaria. La singularidad de esta propuesta étnico-patrimonial es que es totalmente respetuosa con todo y toda, y no se tocaría nada del conjunto, conforme está ahora. Se trataría de convertir el lugar en un centro de interpretación de la memoria histórica. El visitante empezaría el recorrido por la época medieval, atravesando los baños árabes, para pasar después al cementerio musulmán y demás restos del contorno del mercado (habría, por lo tanto, que volverlos a destapar). Después se adentraría en los descarnados bajos del edificio y sus vestigios renacentistas y modernos (alcantarillado incluido). Sigue el itinerario en la primera planta, donde el visitante podrá sumergirse en la arqueología industrial del tardofranquismo, acompañado del crepitar de la uralita. Finalizará el circuito con una experiencia absolutamente inmersiva a 15 metros bajo tierra recorriendo los dos refugios de la zona entre humedades, barro hasta los tobillos y raíces colgando de la bóveda, para finalizar en la salida de la ladera del río, donde se entregará una bolsa con folletos de VisitElche y medio panet de figa, para fortalecer la memoria.

-La Dama No Se Esconde. Contempla el derribo del actual mercado (los elementos arquitectónicos de especial relevancia, como pavesas y calendarios de pared se enviarían al MAHE) y construcción de un nuevo edificio de diseño biofílico con forma de Dama de Elche gigante (al menos tan alta como Calendura), con paneles solares configurando ambos rodetes. Con ello nuestra seña cultural más internacional tendría, al fin, el reconocimiento que se merece en su ciudad, a la altura (y anchura) de su relevancia. Los autores todavía no han decidido qué pondrían en su interior, pero algo se les ocurrirá. Lo que sí han descartado es utilizar elementos iridiscentes en los collares e ínfulas, para evitar que la reflexión de los rayos solares ciegue al personal de la tramoya aérea y los cantores del Misteri en la terraza de Santa María durante las representaciones, con el consiguiente riesgo para el Patrimonio de la Humanidad.

Habrá más, seguro. Hechos e interpretaciones.