El sábado previo al domingo más importante para los ilicitanos, el Domingo de Ramos, pone inicio a la Semana Santa con su tradicional concurso de la palma blanca para conocer cuál es la más grande y bonita. Pese a que este año no se podrá pasear estas creaciones centenarias durante la tradicional procesión de Domingo de Ramos, decenas de personas acudieron ayer a comprar la palma y el ambiente festivo, con las terrazas hasta arriba, cubrió el corazón de la ciudad.
Con el objetivo de favorecer la promoción de la palma blanca, un oficio centenario arraigado en la ciudad de Elche y colaborar también en la supervivencia como actividad económica del municipio, la 60 edición del concurso de la palma blanca se celebró ayer en el Centro de Congresos de Elche. La celebración, tras la cancelación que vivió el año pasado, contó con todas las medidas de seguridad pertinentes.
La novedad este año fue que se modificaron las categorías del concurso. Por una parte, se presentaron las palmas en formato especial con unas medidas entre los 2,01 y los 2,70 metros, contados desde la base de los adornos. La ganadora de la categoría reina fue Francisca Teresa Díez Alonso. Seguida de esta categoría, encontramos la de tamaño intermedio con 1,51 y 2 metros de altura. Aquí la que se llevó el premio fue Asunción Miralles Espinosa. Por otro lado, se presentaron también las palmas en miniatura, entre 0,50 y 1,5 metros, cuya premiada fue Irene Amorós Berenguer. Y, por último, se mantuvo la modalidad de solapa en la que las palmas debían cumplir un tamaño máximo de 8 centímetros, tanto de ancho como de alto, bajo el pretexto de que solo optaban a este premio las personas que presentaron un trabajo en las otras categorías. En este sentido, la palma que se llevó el galardón fue de Esperanza Cartagena Hernández.
La exposición de las palmas estará abierta hoy hasta el Domingo de Pascua.
Ambiente festivo
El ambiente festivo estuvo presente en las calles ilicitanas el día previo al Domingo de Ramos donde se vio a centenares de personas en la Plaça de Baix comprado la tradicional palma blanca y paseándola por el corazón de la ciudad a lo largo de todo el día. Además, las terrazas y los restaurantes vivieron también una jornada muy productiva, con reservas completas y personas que aprovecharon hasta el último minuto, debido al cierre de la hostelería a las 18:00 horas, la silla de la terraza.
